Ciudad de México. El proceso de desinflación, es decir, de reducción de precios de los bienes y servicios, ha sido y será más difícil de lo anticipado, por lo cual la política monetaria debe implementarse de manera firme y contundente, argumentaron los miembros de la junta de gobierno del Banco de México (BdeM) en la minuta de su última reunión de política monetaria en la que sorprendieron al mercado con un incremento de medio punto porcentual en su tasa de interés de referencia para llevarla a 11 por ciento.
De acuerdo con el documento divulgado este jueves, todos los integrantes subrayaron el repunte en la inflación de servicios durante enero, algunos mencionaron que fue mayor a lo previsto, mientras uno (la minuta no identifica por nombre a quien hace el comentario) puntualizó que dicho repunte fue prácticamente cuatro veces más elevado que el promedio registrado entre 2014 y 2022 para un mes de enero.
Al respecto, la mayoría destacó que después del confinamiento, la demanda de servicios se ha incrementado. Algunos manifestaron preocupación respecto de que el comportamiento de la inflación de servicios apunte a presiones por factores domésticos. En particular, indicaron que los incrementos en los precios de los servicios, al ser estos no comerciables, responden a presiones internas.
Todos enfatizaron que, ante un proceso de desinflación más lento de lo previsto, los pronósticos para las inflaciones general y subyacente se ajustaron al alza para todo el horizonte. Destacaron que la persistencia de la inflación subyacente sugiere que hacia delante se observaría una trayectoria, si bien descendente, más elevada que la previamente anticipada. La mayoría subrayó que el ajuste responde a la persistencia de la inflación y a mayores presiones a las anticipadas en las mercancías alimenticias y en los servicios.
Entre los riesgos al alza para la inflación todos mencionaron la persistencia del componente subyacente (aquella que toma en cuenta a aquellos precios que no están sometidos a una importante volatilidad) en niveles elevados. Al respecto, uno mostró preocupación por los mayores costos laborales, en particular, por los incrementos al salario mínimo y el aumento en las vacaciones, al tiempo que también consideró el traslado de las operaciones de carga al nuevo aeropuerto como una fuente adicional de riesgos.
Un miembro señaló que la evolución reciente descrita de la inflación subyacente y sus perspectivas son motivo para que el BdeM actúe con aún más cautela; además, externó que los datos más recientes confirman la complejidad del panorama inflacionario, por lo que consideró que el proceso de desinflación será, en el margen, más difícil de lo anticipado.
Notó que el actual proceso desinflacionario es especialmente incierto dada la naturaleza atípica de los diversos choques inflacionarios que se han enfrentado.
Otro miembro recalcó que la política monetaria debe implementarse de manera firme y contundente, a fin de evitar la prolongación del proceso inflacionario y sus dolorosos efectos en la economía, especialmente para los hogares de menores ingresos. Advirtió sobre el riesgo de que la inflación no disminuya a un ritmo consistente con la convergencia a la meta en el horizonte de planeación.
Sin embargo, la mayoría de los miembros de la junta de gobierno considera que ante la postura monetaria que ya se ha alcanzado y en función de la evolución de los datos, el incremento en la tasa de referencia en la próxima reunión podrá ser de menor magnitud.