Moscú. El presidente Vladimir Putin escuchó los detalles de la iniciativa china para la paz de viva voz de uno de sus artífices, al recibir este miércoles a Wang Yi, máximo responsable de la diplomacia de Pekín en su calidad de presidente de la comisión de política exterior del Partido Comunista de China, por encima del canciller Qin Gang en la jerarquía del gigante asiático, propuesta que también ya hizo del conocimiento del gobierno de Ucrania.
“La cooperación en el ámbito internacional entre la Federación Rusa y la República Popular de China reviste suma importancia para la estabilidad de la situación en el mundo”, destacó Putin al dar la bienvenida al enviado chino en el fragmento que transmitió la televisión pública de este país.
Wang declaró que China aprecia mucho el hecho de que Rusia haya reafirmado su disposición a resolver el problema a través del diálogo y las negociaciones, según un comunicado de la cancillería china.
“Cuanto más difícil se hace la situación, más necesario es no cejar en los esfuerzos para lograr la paz. Esperamos que todas las partes puedan superar las dificultades, seguir creando las condiciones para el diálogo y la negociación y encontrar un camino eficaz hacia un arreglo político”, comentó el también miembro del Politburó del partido comunista chino.
Wang también se entrevistó por separado con Nikolai Patruschev, secretario del Consejo de Seguridad, y con el canciller Serguei Lavrov.
María Zajarova, vocera de la cancillería rusa, afirmó en su rueda de prensa semanal que Rusia agradece la posición “invariablemente equilibrada” de China y “saluda su disposición a desempeñar un papel positivo de cara al arreglo de la crisis ucrania”.
Se comenta que las partes implicadas necesitan tiempo para sopesar la propuesta china, por lo cual el debate se está dando intramuros tanto en Moscú como en Kiev, pero lo poco que ha trascendido apunta a que será muy complicado concretarla en una mesa de negociaciones.
La iniciativa que trajo a Moscú Wang de buscar una solución diplomática y no militar del conflicto, incluiría declarar un alto el fuego y tomar medidas para proteger las instalaciones nucleares en el país en guerra, así como prohibir el uso de armas químicas y lo más importante, respetar la integridad territorial de Ucrania hasta el día que se firme un tratado de paz con garantías para todos.
Es la parte más complicada porque –con base en el pragmatismo chino– su propuesta no supondría el retiro de las tropas rusas de los territorios ocupados después del 24 de febrero de 2022, condición que exige Ucrania desde el primer día de la invasión.
De ser ciertas estas filtraciones a la prensa, Rusia podría estar de acuerdo con la iniciativa china, pero habría pedido tiempo para poder lanzar la ofensiva que, al menos, le permita alcanzar los límites administrativos de Donietsk y Lugansk, uno de los objetivos proclamados de la “operación militar especial”, y para consolidar su presencia en el corredor terrestre que une a la pensínsula de Crimea con el resto del territorio ruso.
Wang, que también es muy cercano al líder chino Xi Jinping, habría sugerido a Putin que, si Rusia está dispuesta a aceptar su iniciativa, lo haga coincidiendo con la visita a Moscú del máximo dirigente de Pekín.
Ya apalabrada en principio esa importante visita, sin fecha todavía, en opinión de analistas consultados, Putin podría haber sugerido que Xi lo acompañe en la moscovita Plaza Roja a presidir el desfile militar del Día de la Victoria en la Gran Guerra Patria (como se llama aquí la Segunda Guerra Mundial), el 9 de mayo, cuando dentro de dos meses y medio espera poder hacer un corte de caja más favorable en el Donbás.
Entretanto, el conflicto entre el magnate Yevgueni Prigozhin, jefe del grupo de mercenarios Wagner y la cúpula del ministerio de Defensa ruso, enfrentados por atribuirse cualquier avance en los campos de batalla, adquirió este miércoles un grado más de intensidad al publicar el primero en las redes sociales una fotografía en la que aparecen esparcidos en el terreno decenas de miembros de su “compañía militar privada” muertos en las afueras de Bakhmut, acompañada de este texto:
“Estos compañeros murieron ayer. Por hambruna de municiones, como suele decirse. Una quinta parte, ¡una quinta parte! Madres, mujeres e hijos recibirán sus cadáveres. ¿Quién es el culpable de su muerte? El culpable es aquel que no autoriza el suministro de municiones. Al final de la lista de suministros debería aparecer la firma de Valeri Gerasimov (jefe del Estado Mayor del ejército ruso) o de Serguei Shoigu (ministro de Defensa). No quieren tomar la decisión. No nos dan municiones ni nos darán. No quieren que Wagner exista”, se quejó Prigozhin.
La respuesta de la dependencia castrense no se hizo esperar mediante un comunicado: “A pesar de las difíciles condiciones climáticas en la zona de la ciudad de Bakhmut, se llevaron a cabo 18 misiones de aviones de combate para apoyar la ofensiva de los destacamentos de asalto. Por lo tanto, todas las declaraciones supuestamente hechas en nombre de las unidades de asalto sobre la carencia de municiones son absolutamente falsas”.
Hasta ahora el Kremlin no interviene a favor de ninguna de las partes en este pleito. Su titular prefirió asistir este miércoles a un concierto multitudinario en el estadio Luzhniky de Moscú para felicitar a los soldados rusos que combaten en Ucrania y a todos los militares en general, la víspera del Día del Defensor de la Patria, que se celebra el 23 de febrero, casi coincidiendo con el primer aniversario de la guerra.
En las breves palabras que pronunció, Putin destacó que los soldados rusos en Ucrania “están protegiendo nuestros intereses, a nuestra gente, protegiendo nuestra cultura, lengua y territorios”. Subrayó también que “combaten con heroísmo, con valentía, nos sentimos muy orgullosos”. El presidente estuvo en el escenario sólo ocho minutos.