A pesar de que habitantes de la comunidad El Bosque ubicada en Centla, Tabasco, desde noviembre pasado pidieron su reubicación a autoridades de los tres niveles de gobierno debido a que el aumento del nivel del mar había destruido 35 casas, el comedor escolar, dos calles enteras y más de 200 metros de costa, no hubo ninguna respuesta. El mar sigue su avance y ya arrasó con otras 26 casas, la escuela primaria y el kínder. Hay 56 personas y 26 niños y niñas sin escuela.
Greenpeace y otras organizaciones divulgaron que el 6 de febrero pasado, el presidente Andrés Manuel López Obrador solicitó a Jorge Nuño, secretario de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes (SICT), que atendiera a la comunidad, aunque corresponde a la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu) la reubicación de la comunidad.
Las organizaciones llamaron a las autoridades a que instalen una mesa de trabajo con representantes de la comunidad de El Bosque, las instancias competentes de los tres niveles de gobierno, sociedad civil y academia para el diseño de un plan viable para su reubicación inmediata.
Pero mientras esto ocurre se deben atender de manera urgente sus necesidades esenciales, como la pérdida de escuelas ha dejado sin educación a 26 niños, decenas de familias ahora viven en viviendas de lámina, sin piso firme, sin baños y en condiciones de alta precariedad; las intermitencias en la disponibilidad de luz y los servicios de salud, agua y drenaje han dejado de funcionar desde hace más de tres años.
Consideraron que El Bosque debe convertirse en un referente de respuesta para las comunidades que se verán afectadas por la crisis climática en los próximos años, “atendiendo a los compromisos del gobierno mexicano de contar con un plan nacional de adaptación al cambio climático con mecanismos y recursos para su implementación, las respuestas no pueden ser improvisadas y tienen que ser ejemplares para la creación de una política estructural”.