San Cristóbal de Las Casas, Chis. El Movimiento de Mujeres en Defensa de la Madre Tierra y de Nuestros Territorios expresó su preocupación por “el aumento de la delincuencia organizada, la venta y consumo de drogas químicas, la circulación de armas en casas de seguridad y las llamadas de extorsión y secuestro de jóvenes”, así como por la imposición de megaproyectos que destruyen la madre tierra.
“Una constante que miramos y vivimos las mujeres en el campo y la ciudad es que no para el aumento del crimen organizado en nuestras regiones; pretenden que en nuestros caminos de vida no haya tranquilidad ni alegrías, nos quieren encerradas”, manifestó en un pronunciamiento.
“Vemos en todas las regiones el aumento de cantinas, distribución, venta y consumo de droga y alcoholismo que ponen en riesgo la vida de los jóvenes; la dinámica del crimen lleva a perderlos y a perder su vida”, agregó.
Señaló que “el aumento de la drogadicción está vinculado con el incremento de la presencia del crimen organizado y el problema avanza cada vez más hacia las comunidades”.
Las más de cien mujeres de distintas regiones de Chiapas, a las que en esta ocasión se sumaron representantes del pueblo zapoteco de Oaxaca, de la Ciudad de México y del sur de Argentina, participaron en su tercera asamblea que se llevó a cabo en el municipio de Tonalá, ubicado en la costa del estado.
El encuentro comenzó con una ceremonia “para honrar a nuestras ancestras, a los siete rumbos y pedir permiso a la mar” y luego compartieron “los contextos que estamos viviendo como mujeres”. Después realizaron “actividades de sanación de manera colectiva, así como talleres de comunicación, organización política-comunitaria, economía solidaria y productos para el autocuidado personal y colectivo”.
En el pronunciamiento difundo al finalizar a asamblea, señalaron que “ahora somos más quienes estamos convencidas de la organización, las autonomías y la defensa de la madre tierra y nuestros territorios. Hemos coincidido en hacerlo desde la escucha, el mirarnos y reconocernos, con respeto, alegría y cariño”.
Reafirmaron su voluntad de seguir sus principios desde la autonomía política-organizativa, “la defensa de la madre tierra frente a los proyectos de muerte”, la conciencia en el cuidado personal y sanación colectiva, la participación de las mujeres en la toma de decisiones, el rechazo a todo tipo de violencias en su contra, la articulación y solidaridad política entre pueblos, redes, colectivas del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), el Congreso Nacional Indígena (CNI) y de la Sexta Declaración de la Selva Lacandona.
Las mujeres de la región costa aseguraron que siguen “en la defensa de la madre tierra por la imposición de concesiones a hasta 50 años en materia de minería e hidroeléctricas”, mientras que las de la zona norte denunciaron “el abandono de las carreteras de Francisco León, Chapultenango, y Viejo Nicapa, Pichucalco, que son rutas de evacuación en caso de una contingencia en el volcán Chichonal, que ha entrado en mayor actividad en los últimos años; están por cumplirse 41 años de aquel trágico 1982 cuando murieron más de dos mil personas y los caminos siguen en abandono. El volcán no es solamente para el turismo, es el hogar de miles de familias que vivimos allí desde hace más de tres mil 500 años”.
En la región norte-Palenque, manifestaron las mujeres, “entra la gente del gobierno a tumbar árboles para la construcción del mal llamado Tren Maya. Nosotras somos las que defendemos, no dejamos que tumben más árboles, estamos defendiendo el río, el agua y la tierra porque ahí sembramos maíz y frijol”.
Las asistentes de los Altos que participaron en la reunión, expresaron que “en algunas comunidades se ha logrado el acuerdo de que no entren los militares. Hay miedo por lo que vemos y escuchamos con respecto al crimen organizado. Las mujeres no podemos salir solas, nos da miedo que nos pase algo”.
Abundaron: “Como mujeres estamos viviendo diferentes tipos de violencias generadas por el crimen organizado, grupos de jóvenes que se dedican al transporte, venta, asaltos, secuestros y desapariciones, creando una sensación de terror cotidiano, donde hay miedo e incertidumbre. En los principales mercados de la ciudad de San Cristóbal se está volviendo una constante la venta de drogas y armas, así como, la promoción, venta y redes de pornografía y prostitución infantil”.
En el caso de las mujeres de Oaxaca que asistieron, denunciaron que en ese territorio “están presentes los megaproyectos de despojo del corredor interoceánico y los parques eólicos”, mientras que las de la Ciudad de México y de Argentina denunciaron “la persistente violación y abuso sexual al que seguimos expuestas como mujeres”.