La mexicana Diana Flores, campeona de flag flootball en los Juegos Mundiales Birgminham, apareció en uno de los comerciales que se difundieron durante el Supertazón 57. Una vitrina global cuyos espacios publicitarios alcanzan el precio de 7 millones de dólares por 30 segundos. En un intento por consolidar su base de aficionados, la NFL especializa ahora su objetivo en las mujeres y su relación con poder.
Diana dialoga con la presentadora de la cadena Fox Sport, Erin Andrews, quien le pregunta si alguien es capaz de quitarle los cintas de su uniforme. La mexicana reta a la conductora y sale disparada a gran velocidad por los túneles del estadio Stade Farm, en Glendale, Arizona, para después atravesar esa ciudad hasta llegar a su casa. En esa escapada diversos personajes tratan de darle alcance, algunos son jugadores de la NFL.
Durante su fuga, algunas mujeres la ayudan a escapar. Se trata de una secuencia de gran carga simbólica, la apoyan la leyenda del tenis, Billie Jean King y la primera jugadora de futbol americano con contrato Nil Bella Rasmussen.
“A las mujeres que impulsan el futbol, deseamos ver hasta donde llevan este juego”, es la leyenda con la cual cierra el comercial parece mientras Diana sigue corriendo junto a otras atletas.
La elección de Flores para este comercial no es casualidad. Después de coronarse en Birgminham con la selección tricolor, la mexicana fue coordinadora ofensiva del equipo de la Conferencia Americana de Pro Bowl, bajo el mando del emblemático Peyton Manning.