Ciudad de México. En las catástrofes, como en los terremotos ocurridos en Turquía y Siria, “siempre se debe priorizar a los niños, niñas y adolescentes. No atender a este sector primero, se traduce en separación familiar, pérdida de escolaridad, riesgo de violencia sexual, embarazo temprano en adolescentes y trata”, advirtió Juan Martín Pérez García, coordinador regional de Tejiendo Redes Infancia en América Latina y el Caribe.
Expuso a La Jornada que, “suele pasar en las emergencias que los niños, niñas y adolescentes queden invisibilizados, porque desde la cultura adultocéntrica, se priorizan otros aspectos” y añadió que, ante la magnitud de lo ocurrido en esos países, pues hasta hoy se contabilizan 23 mil personas fallecidas y casi 80 mil heridos, muchas infancias y adolescencias quedarán en orfandad.
Por lo cual, conminó a la solidaridad internacional, porque no se trata solo de la coyuntura, sino del futuro de los menores y apuntó que, pese a haber transcurrido cinco días, no hay cifras desagregadas de fallecidos y heridos, por lo que no se sabe cuántos niños, niñas y adolescentes han sido afectados, pero “llama la atención mediáticamente los rescates emotivos de niñas y niños pequeños”.
Es “relevante prestar especial atención al alto grado de vulnerabilidad de niñas y niños que han sobrevivido ya que enfrentaran riesgos adicionales después del desastre. Es indispensable que reciban atención prioritaria, incluyendo acceso a servicios de salud, educación y vivienda segura, y que se les reunifique con sus familias de manera rápida y segura.
“Niñas, niños y adolescentes son los más afectados por las catástrofes naturales ya que pueden verse expuestos a una serie de riesgos, incluyendo separación de sus familias, explotación sexual y laboral, y acceso limitado a servicios básicos como agua potable, alimentos y atención médica. Por ello, es crucial que se tomen medidas especiales para protegerlos y garantizar que sus derechos sean respetados.}
En este contexto, “hacemos un llamado a la comunidad internacional para que la respuesta a la emergencia, sea articulada desde la garantía de los derechos humanos; incluyendo a los gobiernos locales, las organizaciones internacionales y la sociedad civil, uniendo sus esfuerzos para proteger los derechos humanos de niñas y niños en esta situación de emergencia y que sea una prioridad para minimizar el impacto negativo en sus vidas”.
Precisó que Turquía y Siria tienen obligaciones internacionales para garantizar que los derechos de la infancia sean respetados y protegidos en esta emergencia al haber ratificado la Convención sobre los Derechos del Niño. “Es urgente que se tomen medidas para prevenir la explotación y la violencia contra las niñas y niños en mayor vulnerabilidad, especialmente a las niñas, adolescentes y mujeres jóvenes, por lo que recomendamos la sensibilización entre las comunidades y los trabajadores humanitarios para lograr una mayor protección frente a estos riesgos”.
Los efectos de los terremotos “se han sumado a la ya complicada situación en Siria ante la crisis económica, la guerra civil a lo largo de una década de conflicto y los desplazamientos masivos. La baja calidad del agua es una gran amenaza ante el brote de cólera declarado en 2022, que pone en riesgo particularmente a la niñez”.