El presidente Andrés Manuel López Obrador encabezó este jueves la conmemoración del 110 aniversario de la Marcha de la Lealtad, con la que se recuerda la gesta de los cadetes del Heroico Colegio Militar que custodiaron al presidente Francisco I. Madero al inicio de la llamada decena trágica en 1913.
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Durante la celebración, las Fuerzas Armadas y el Colegio Militar reafirmaron su compromiso de lealtad con las instituciones legalmente constituidas y su vocación de servicio por el desarrollo del país.
A diferencia de años anteriores, en esta ocasión el acto inició en la avenida Juárez, a un costado de la Alameda, donde el mandatario caminó hacia un primer escenario junto a su esposa, Beatriz Gutiérrez, y el presidente de la mesa directiva del Senado, Alejandro Armenta, mientras que al costado hicieron lo propio el titular de la Secretaría de la Defensa Nacional, Luis Cresencio Sandival, el presidente de la Cámara de Diputados, el panista Santiago Creel y la ministra presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Norma Piña, con el secretario de Marina, Rafael Ojeda Durán a su lado.
Ya en templete, desde el que observaron una representación de los hechos de 1913, el Jefe del Ejecutivo federal se colocó al centro, junto a su esposa, seguida del Secretario de Marina y el senador Armenta. A la derecha del mandatario estuvo el secretario de la Defensa Nacional, el diputado Creel y al extremo la ministra Piña. En la transmisión oficial no apareció algún saludo o diálogo entre los presidentes de los distintos Poderes de la Unión, aunque al comienzo del acto sí se saludaron con un apretón de mano.
López Obrador subió a un vehículo militar junto al titular de la Sedena y de Marina, para dirigirse al Zócalo por el andador Madero, usualmente habilitado sólo para peatones. Llegó custodiado por cadetes a caballo.
Atrás, en otro vehículo, le siguieron su esposa, los legisladores y la presidenta de la Corte.
El comandante supremo de las Fuerzas Armadas fue recibido por cientos de cadetes y a su llegada fueron lanzados 21 disparos de salva con unidades de artillería como parte de los honores al mandatario, quien, a su vez, realizó el pase de lista de honor a los héroes de 1847 y 1914.
-Del heroico Colegio Militar. Teniente, Juan de la Barrera- dijo el Presidente.
-Murió por la patria- respondieron al unísono los 2 mil 500 cadetes militares y navales presentes.
Lo mismo se replicó al mencionarse a Juan Escutia, Agustín Melgar, Vicente Suárez, Fernando Montes de Oca, Francisco Márquez, y de la heroica escuela naval, a José Azueta y Virgilio Uribe, quienes defendieron la Escuela Naval en Veracruz en 1914.
Tras hacer una recapitulación de los hechos que se conmemora, el secretario de la Defensa Nacional expuso que “aquel recorrido custodiado al apóstol de la democracia, con justa razón se le ha llamado la marcha de la lealtad, y nos recuerda año con año el compromiso de la sociedad y sus fuerzas armadas con México, anteponiendo los intereses institucionales a los personales aún con el riesgo de proteger la vida”.
Desde entonces, añadió, los integrantes del Ejército, Fuerza Aérea, y ahora la Guardia Nacional, mantienen “el pasado glorioso del Heroico Colegio Militar”, al cual definió como una institución “de gran tradición que a lo largo de su existencia mantiene los principios de honor, lealtad, patriotismo, valor y abnegación, que son la piedra angular de la formación de todos aquellos que integramos el Ejército, Fuerza Aérea y Guardia Nacional. Continuaremos con la gran responsabilidad que hemos llevado por 200 años de formar mujeres y hombres íntegros en valores y leales al pueblo”.
Es por ello, recalcó Sandoval González, que el legado de los cadetes de 1913 "nos motiva a replicar su ejemplo en cada acción, sabedores que la lealtad institucional constituye un compromiso de honor con la patria. Esta expresión es verdad cotidiana y vigente que refrendamos día a día ante las instituciones legalmente constituidas y sobre todo ante el pueblo de México”.
Al remarcar su gratitud por la confianza recibida en las Fuerzas Armadas, continuó. “Señor Presidente y comandante de las fuerzas Armadas: las fuerzas Armadas y la Guardia Nacional estamos comprometidos con preservar esta herencia de honor y lealtad para garantizar el orden constitucional y Estado de derecho; por ello, las mujeres y hombres que integran el Ejército, la Armada, Fuerza Aérea y Guardia Nacional, refrendamos el supremo valor de lealtad que demostraron los cadetes de 1913”.
Luego que seis compañías de cadetes del heroico colegio militar realizaron una salva de fusilería, el director del Heroico Colegio Militar, Jorge Antonio Maldonado, señaló que éste acto “de devoción sincera, reafirmó su amor a la patria y su vocación por defender a las instituciones legalmente constituidas”.
Apuntó que desde su creación, el Colegio Militar asumió la responsabilidad de formar a los mandos responsables de dirigir al Ejército mexicano y recientemente prepara en sus aulas a los cuadros de mando de la Guardia Nacional, guiados por los valores de honor y lealtad.
También, ponderó que la educación se imparte sin distinción de género y hombres y mujeres tienen acceso al mismo trato y oportunidades. El ingreso de mujeres a las armas de infantería, caballería y arma blindada, que anteriormente eran exclusivas para hombres.
“Los retos y desafíos que enfrenta nuestro país exigen un plantel educativo moderno y vanguardista en sus métodos de enseñanza y los procedimientos para difundir el conocimiento de las ciencias militares, que propicien el desarrollo integral de sus cadetes, entrelazados con el legado de honor y lealtad que nos heredados quienes nos antecedieron en las aulas. En el marco de la conmemoración de la marcha, reiteramos nuestra lealtad institucional y firme compromiso de seguir contribuyendo en la formación de mexicanos, con sólidos valores, seguros de su vocación de servicio y amor a la patria”, sostuvo.
En el marco de la conmemoración por el 110 aniversario de la Marcha de la Lealtad, el presidente López Obrador develó una placa conmemorativa a las instalaciones del cuartel Arista, que se ubicaba en Palacio Nacional y fue una de las sedes del Colegio Militar entre 1867 a 1868.