Houston. Patrick Crusius, un joven estadunidense detenido por el asesinato de 23 latinos en un supermercado de El Paso en 2019, se declaró el miércoles culpable ante la justicia y en principio enfrentaría 90 cadenas perpetuas.
"Estamos contentos de que finalmente se haya hecho [la admisión de culpabilidad]", dijo a la prensa Joe Spencer, abogado de Crusius. "Y él está contento de que finalmente se haya hecho", sostuvo, brevemente.
Ante una corte federal de El Paso, Texas, frontera de Estados Unidos con México, el hombre de 24 años admitió su responsabilidad por 90 cargos relacionados con el masivo tiroteo del 3 de agosto de 2019, según reportó la prensa local.
Entre estos se encuentran delitos por "crímenes de odio con resultado de muerte" y "uso de arma de fuego para cometer asesinato".
"No hay ganadores en este caso, va a cumplir 90 cadenas perpetuas consecutivas", dijo Spencer, confirmando así el pedido de condena realizado por la fiscalía este miércoles ante la corte federal. De acuerdo con reportes de prensa, el juez puede fallar en junio.
A través de su abogado, Crusius ya había adelantado su intención, una semana después de que los fiscales retiraran su petición de pena de muerte. Sin embargo, todavía se enfrenta a un juicio por asesinato pero solo en el estado de Texas, que no ha descartado solicitar la pena de muerte.
Crusius llegó el miércoles al tribunal vistiendo un traje azul de presidiario, esposado y encadenado, en medio de severas medidas de seguridad, detalló la prensa. Familiares de las víctimas estuvieron en la audiencia.
A principios de agosto de 2019, Crusius publicó en internet un documento en el que se hacía eco de tesis supremacistas blancas. En su escrito denunciaba una "invasión hispana de Texas" y elogió al autor de una masacre en la mezquita de Christchurch, en Nueva Zelanda (51 muertos el 15 de marzo de 2019).
Después condujo diez horas desde los suburbios de Dallas, donde vivía, hasta El Paso, ciudad de mayoría hispana situada en la frontera con México, donde abrió fuego con un rifle semiautomático en un hipermercado Walmart.
Cuando llegó la policía, salió de un vehículo, con las manos en alto, y dijo "yo soy el tirador".
Mientras estaba bajo arresto, admitió a los investigadores que había querido atacar a "mexicanos". El atacante dejó 23 muertos, entre ellos ocho mexicanos, además de decenas de heridos.
La matanza de El Paso sigue siendo uno de los asesinatos más mortíferos de la historia de Estados Unidos, país regularmente afectado por tiroteos.