La Paz, BCS. La ciudad de La Paz sólo tuvo tres meses de buena calidad del aire durante el 2022, informó la directora ejecutiva del Centro de Energía Renovable y Calidad Ambiental (CERCA) de Baja California Sur, Jacqueline Valenzuela Meza.
Precisó que en el resto del año, seis meses fueron de moderada y tres de mala calidad del aire; febrero, el peor mes porque alcanzó el color morado en el semáforo de riesgos que utiliza CERCA, el cual está basado en las recomendaciones de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Puntualizó que esta asociación civil, instalada en 2016 en La Paz, cuenta con una red de bajo costo de 17 estaciones de monitoreo en la capital de Baja California Sur, por lo que mantiene un diagnóstico permanente de la calidad del aire, el cual está a disposición de los sectores público y privado.
Explicó que el alto crecimiento de la población con tasas del 3 por ciento anual y el incremento del turismo que aunque tuvo una baja en 2020 por la pandemia de Covid-19, el año pasado alcanzó cuatro millones de visitantes, son factores que inciden en un aumento en la demanda de recursos energéticos que en esta entidad dependen principalmente de los combustibles fósiles.
Dijo que en Baja California Sur la electricidad se genera principalmente por las centrales termoeléctricas de La Paz y Comondú, las cuales consumen combustóleo; pero el emisor número uno de contaminantes es el transporte público y privado, lo que se agrava porque no existen centros verificadores en el territorio sudcaliforniano.
Dijo que en 2016, cuando iniciaron operaciones como un centro científico ciudadano, instalaron los primeros cuatro monitores de bajo costo de la red que actualmente se compone de 17, por lo que a lo largo de estos años comprobaron que hay días en que el aire de La Paz está contaminado.
Mencionó que basados en indicadores de riesgo de la ONU comenzaron a comunicar los datos a la población por medio de un semáforo, donde el color verde corresponde al aire de buena calidad; el amarillo es de riesgo moderado; y el rojo y morado, de riesgo alto y muy alto, respectivamente.
De acuerdo con el calendario de riesgo del 2022, mencionó que nueve meses fueron de moderada y mala calidad del aire, y febrero fue el más negativo, al combinarse las emisiones fijas de las centrales termoeléctricas, las emisiones móviles del transporte, y los incendios del relleno sanitario.
Expresó que ahora que se tienen datos duros sobre la calidad del aire, lo que importa es transmitir esta información a la población, a las organizaciones civiles, y sobre todo al gobierno para que tome decisiones.
“Hay soluciones muy particulares que hay que trabajar desde la ley, la normativa, los reglamentos, y con una sensibilización e interlocución con los sectores”, indicó.
Puntualizó que uno de los avances es la inclusión este año en el presupuesto del estado de casetas normativas, que son las únicas que están avaladas para que se puedan decretar alertas a la población, a fin de que se prevenga y no tenga daños en su salud por la alta exposición a los contaminantes en el aire.
Comentó que entre los riesgos sanitarios se encuentran los problemas respiratorios, la agudización de casos de asma, alergias no estacionales, y casos primarios de demencia y otras afectaciones a la salud mental.
Indicó que hay que replicar iniciativas como la del Covid-19, que gracias al semáforo de alertas no tuvo un impacto más trágico, pero cuando se habla de contaminación el problema es que hay una separación entre los sectores de salud y medio ambiente, por lo que la Secretaría de Salud y Coepris no tienen atribuciones para actuar en el tema de contaminación del aire, y las mismas recaen en las entidades medioambientales que no ven salud humana.
Mencionó que hay que mover la normativa actual y están acompañando a los funcionarios para que se instalen organismos con atribuciones y un programa para la mejora de la calidad del aire, un programa que ya se tiene y está publicado, “pero no tenemos avances en ese instrumento tan importante”.
“Covid ya nos demostró que son más altos los costos de atención ante una contingencia sanitaria que actualizar un instrumento de este tipo”, dijo.
Puntualizó que ya se dio un paso adelante al generarse presupuesto para las casetas normativas (de monitoreo de calidad del aire), por parte del estado y los municipios de La Paz y Los Cabos, por lo que el siguiente paso es acompañar al gobierno para que se generen alertas en las zonas más
vulnerables, las cuales ya tiene detectadas CERCA; pero insistió en que falta el instrumento normativo para emitirlas.