Salman Rushdie está de pie
, celebran lectores de todo el mundo ante la noticia del lanzamiento de Victory City, la nueva novela del escritor, quien reapareció en redes sociales este lunes, tras seis meses de silencio luego del ataque que sufrió en verano, cuando un joven de 24 años de Nueva Jersey, de padres libaneses, musulmán y con presuntas simpatías hacia Irán, le propinó más de 10 puñaladas.
El autor de nacionalidad británica, nacido en Bombay, India, hace 75 años, perdió el ojo derecho y la sensibilidad del brazo, lo cual le impide escribir, pero su sentido del humor e ironía al responder a quienes lo cuestionan permanecen intactos, como se aprecia en sus mensajes.
Sobre todo, sus seguidores aplauden verlo de buen semblante en la foto que él mismo difundió en su cuenta de Twitter. Uno de los cristales de sus gafas es oscuro para ocultar el ojo que perdió, pero la imagen es más luminosa que la que publicó la revista The New Yorker para acompañar la extensa entrevista con el escritor, quien opinó que aquella fotografía es dramática y poderosa pero en ésta (la que él compartió), más prosaico, es como realmente luzco
.
Pareces el próximo Dr. Who
, le dijo el tuitero Barry Wall, a lo que el escritor respondió: Estoy totalmente disponible para ser el siguiente Dr. Who. Alguien necesita llamar a mi agente
.
A finales de enero, cuando un detractor cuestionó la supuesta coincidencia
entre el ataque y el lanzamiento de Victory City y le dijo al escritor: No me lo compro
, Rush-die contestó: No estás obligado a comprarlo. La verdad es la verdad, tanto si la compras como si no. El planeta es redondo, incluso si no crees eso o insistes en que es plano
.
No han faltado insultos de fanáticos que de inmediato son denunciados en la red y desaparecen, pero a los que Rushdie, cuando los descubre, contesta: ¡Oh, otro admirador! Tan contento
.
El periodista estadunidense Timothy Noah se sumó a los halagos hacia el autor de Los versos satánicos (1988, novela por la que un año después de publicada el ayatola Ruhollah Jomeini emitió la fatwa que pedía su asesinato): Es bueno tenerte de vuelta en el mundo, luciendo bien y cosechando excelentes críticas para tu última novela
, mientras la escritora Ariaa Jaeger le escribió: Es maravilloso ver cómo te has adaptando a la nueva versión de ti mismo. Te ves muy bien y, lo que es más importante, lo eres
.
Victory City es la novela número 15 de Rushdie, publicada por Penguin Random House, de venta en varios países de habla inglesa y cuya traducción al español se distribuirá a partir del 20 de junio.
El texto imagina ser la traducción de una epopeya mítica escrita originalmente en sánscrito sobre el Imperio Vijayanagara, que gobernó gran parte del extremo sur del subcontinente indio en el siglo XIV.
La autora de esa épica historia es Pampa Jayaparajaya (una palabra compuesta que significa victoria y derrota)
, pero aquí está “contada en un ‘lenguaje más simple’ y despojada de sus 24 mil versos originales. Y si el resultado, aunque cautivador y placentero, rara vez perturba los reinos de lo divino, eso es probablemente lo que sucede cuando un mortal rescribe la prosa de una deidad”, explica Xan Brooks en su reseña del libro en el diario británico The Guardian.
Añade que, si bien ese “humilde narrador nunca es nombrado, en aras de la conveniencia y a riesgo de dejar pasar la luz del día a la magia, supongamos que es el mismo Salman Rushdie, disfrazado de diosa y maquillado como un escriba, como el más pequeño en un juego de muñecas anidadas, o el fabricante mercurial de la estructura de un cuento tradicional. ‘(Soy) el humilde autor’, nos dice el viejo embaucador. ‘Ni un erudito ni un poeta, sino simplemente un hilandero’.
Humilde o no, la lujosa y lúdica novela número 15 de Rushdie lo planta firmemente de nuevo en suelo indio, cocinando un Mahabharata alternativo e hilando un elaborado mito fundacional a partir de los esqueletos de la historia. Está disfrutando de la empresa y su sentido de la diversión es contagioso.
Esta novela ya estaba lista meses antes del ataque que sufrió el autor, “por lo que ahora nos llega como algo recién desenterrado y sin embotellar, la historia de una poeta constructora del mundo que se esfuerza por superar a sus enemigos. La heroína de Rushdie está consciente de los peligros, pero se ve arrastrada por la historia, como si creyera que al contar un cuento podría protegerse del mal, o al menos dejar algo bueno y duradero a su paso. Pampa acepta que todos los imperios eventualmente se derrumban. ‘Las palabras son las únicas vencedoras’, concluye, y las historias, en el mejor de los casos, engañan a la muerte y sobreviven”, puntualiza Brooks.
Fuera de la ficción y las páginas de Victory City que ya deslumbran, Rushdie sabe que, en efecto, las letras son la armadura con la que sale de nuevo a seguir la vida.