Ciudad de México. Pese a la polémica que generó la presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), Norma Lucía Piña Hernández, por mantenerse sentada cuando llegó el presidente Andrés Manuel López Obrador a la ceremonia por el aniversario de la Constitución el domingo pasado, el mandatario calificó el gesto de una muestra del cambio y la transformación. Expuso que antes los ministros eran empleados del presidente
y ahora hay división entre los poderes de la Unión.
A la vez, López Obrador rechazó los llamados al diálogo que hizo en el mismo acto el presidente de la Cámara de Diputados, el panista Santiago Creel. El mandatario opinó que “el diálogo que ellos quieren busca prebendas, es regresar a los moches”.
Sin pregunta de por medio sobre el tema en su conferencia matutina, el titular del Ejecutivo recalcó: Ayer (domingo) me dio mucho gusto porque se notó, yo creo que porque estaba cansada o no quiso pararse la ministra presidenta de la Suprema Corte de Justicia, pero me dio mucho gusto, me dio muchísimo gusto, porque eso no se veía antes, los ministros de la Corte eran empleados del presidente
.
Agregó que desde el porfiriato se hablaba de la división de poderes, pero en realidad era el Ejecutivo el que se convirtió en el poder de los poderes
y expresó: ¿Cuándo se había visto que se quedara sentado el presidente de la Corte en un acto así? Eso me llena de orgullo, porque significa que estamos llevando a cabo cambios, es una transformación. Ya no es el presidente el que le da órdenes a ministros y también es un desmentido cuando de manera exagerada se habla de una dictadura, de una tiranía
.
El tabasqueño reiteró que no dejará de insistir en los cambios en beneficio del pueblo.
Explicó que en el pasado era muy fácil nombrar al presidente o la presidenta (de la Corte) desde Palacio Nacional
o conseguir la aprobación de todas las iniciativas que enviara el Ejecutivo al Legislativo
, pero todo eso sucedía porque “repartían moches, maiceaban” a los legisladores.
¿Qué vamos a negociar?
Como ejemplo, refirió la aprobación del presupuesto federal que lograba por unanimidad el gobierno de Felipe Calderón, con Agustín Carstens como secretario de Hacienda, gracias a ese tipo de arreglos.
Por ello, añadió, “cuando dicen: ‘queremos diálogo’, nosotros decimos: No. No es que no respetemos y que en la democracia debe de haber pluralidad, es que el diálogo que ellos quieren busca prebendas, es regresar a los moches”.
Reconoció que debe haber respeto, pero no somos iguales
, ya que hay quienes apoyaron y siguen apoyando un modelo que beneficia sólo a las minorías
, por lo cual existe un bloque conservador con influencia en el Congreso y en el Poder Judicial.
Oficina de concesiones
López Obrador lamentó que el presupuesto no llegaba en los sexenios pasados al pueblo porque se quedaba arriba, para beneficio de una minoría. “Entonces era otra situación, por eso ahora ya no es así: Diálogo sí, pero sin corrupción.
“(Dicen) ‘Vamos a negociar’, (pero) ¿Qué vamos a negociar? ¿Impunidad? ¿El que se siga entregando el presupuesto a particulares, a una minoría? ¿Que se siga permitiendo el tráfico de influencias?”, indicó.
El mandatario comparó además a los gobiernos anteriores con una oficina para entregar contratos, concesiones, vender bienes nacionales a particulares y facilitar el saqueo del patrimonio público.
Después del acto desarrollado en Querétaro el domingo, se prevé que el presidente López Obrador y la ministra Piña Hernández se encuentren de nueva cuenta el jueves en el acto conmemorativo por la Marcha de la Lealtad, a la que usualmente acude el titular del Poder Judicial.