Además de los taxistas, muchas amas de casa trabajan escuchando la radio. María Luisa Haro, hermana del astrónomo Guillermo Haro, tenía su aparato prendido en la cocina, en la sala, en su recámara. ¿Por qué tantas voces, María Luisa?
Respondía: Es una muy buena compañía
. De tanto oír, lo sabía todo de Radio Educación y de Radio UNAM, las dos estaciones que también escucho.
Por eso, grabar la bella voz de Rita Abreu, periodista y locutora, es un privilegio. Egresada de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Acatlán, de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), coordina Radio México Internacional, emisora por Internet del Instituto Mexicano de la Radio. En su programa, Charlas con Rita Abreu, entrevista a artistas y músicos tradicionales. Su voz es ejemplo de inteligencia y profesionalismo.
Conocedora de la historia de la radio, escribió el libro Un siglo de la radio en México: Testigo sonoro de la historia, que se publicó con el patrocinio del Consejo de la Comunicación, Grisi y Grupo Fórmula, entre otras empresas que celebran la vocación de Rita Abreu.
En distintos estados de la República Mexicana se fundaron algunas emisoras, pero no se sabe con precisión quién la inició; algunos expertos, y el propio libro de Rita, identifican a Constantino de Tárnava, de Monterrey, como el padre de la radio en México
.
Rita me obsequió un ejemplar con fotografías de la época de Vasconcelos, quien nos alfabetizó por medio de la radio. Recuerdo que al llegar de Francia, en 1942, aprendí español con El Monje Loco y con QK La Mecanógrafa. Antes, Plutarco Elías Calles adivinó su alcance al difundir su discurso por radio. La cigarrera El Buen Tono ofrecía canjear cierto número de cajetillas por una radio de galena, la más rudimentaria. Este invento abrió posibilidades nunca imaginadas: alfabetización, publicidad, política, música, radioteatro, noticias...
Producto de una maravillosa casualidad
–¿Cómo publicaste este libro tan impresionante?
–Es una de esas maravillosas casualidades que Alejandro Cisneros, el editor, se dedique a hacer libros conmemorativos y de gran formato, muy ilustrados. Alejandro es un apasionado de la radio. En la víspera del centenario me contactó porque había leído Damas con antifaz: Mujeres en la radio 1920-1960, que escribí. Fue una de esas llamadas que cambian en un segundo toda tu vida y te pones a saltar hasta el techo: Me gustaría que tú escribieras el libro de los 100 años de la radio
. No lo conocía y resultó un excelente compañero de aventuras. Alejandro Cisneros Méndez me dio un temario y añadió: Si piensas que hay que agregar algún tema o precisarlo, dímelo
. Me entregó una hoja con 36 tópicos; un recuento cronológico del nacimiento de la radio.
–¿Pidió sólo lo más significativo de los años 20?
–Me encargó que escribiera cómo nació en México la radio, quién la impulsó, qué estaba pasando y qué se preveía para el futuro.
“En su primera etapa, la radio fue experimental. Los periódicos Excélsior y El Universal tuvieron sus estaciones, así empezó a perfilarse nuestra prensa actual. Al cabo de muy poco tiempo, los inversionistas se dieron cuenta de que la radio era un medio tan novedoso y tan impresionante que se entusiasmaron mucho. La radio es capaz de unir a los seres humanos. No sólo convoca, sino instruye. La radio es un descubrimiento portentoso. ‘La radio va a acabar con las guerras’, decían...”
–A mí, Rita, la radio me ayudó a aprender español, porque lo primero que hice al llegar a México fue escuchar clases de alfabetización que ideó don Jaime Torres Bodet. También me maravillaron los programas de Cri-Cri... Ahí viene la O
... y tantas otras canciones.
–La radio nace, Elena, en los años 20, cuando se recupera un poco la fe en la humanidad, la esperanza. Nace muy culta, nace para la música clásica, para el teatro –había una polémica en torno a que todos los que escribieran dramaturgia adaptaran los clásicos al medio porque tenía su propia escritura, su forma de ser especial.
–Como en todas las innovaciones, la radio tuvo que tener detractores, Rita…
–Bertolt Brecht es uno de los defensores de la radio, siempre estuvo a la vanguardia; adivinó el futuro. Cuando llega una innovación, pensamos que terminará por desplazar lo que ya conocemos, por eso escribí en Cien años de la radio en México. Dicen: La radio elimina el periódico. La televisión pone fin al cine. El video cancela la televisión. Después de Internet se acabarán los videos. Las series terminarán con las novelas. Las redes sociales y el correo electrónico terminarán con la vía postal. Pobres carteros
.
–Y, hoy por hoy, ¿qué novedad podemos esperar de la radio?
–Todo.
–¿Todo?
–Puedo decirte que ahora mismo la radio necesita mucha retroalimentación. La radio no puede ser tan unidireccional. Los años 20 y los 30 suscitaron gran entusiasmo, pero la radio se hizo negocio, se hizo también indispensable a la industria.
“El libro Un siglo de la radio en México documenta paso a paso lo que sucede en nuestro país y en el mundo. Te puedes encontrar personajes históricos indispensables y descubrir a otros que nadie imaginaba tan valiosos. En la década de 1920 ya se hacían programas infantiles. Durante la estancia de Gabriela Mistral en México, Vasconcelos le pidió acudir a la estación de El Universal, llamada La casa de la radio. Desde ahí se dirigió a niños y jóvenes. El gobierno decidió que las grandes voces de pensadores promovieran la educación, y nació lo que ahora conocemos como Radio Educación, la radio de la Secretaría de Educación Pública.”
–Entonces, ¿había mujeres en la radio?
–María Luisa Ross fue la primera persona que promovió cursos de economía doméstica, de manualidades, y logró que se certificaran estudios hechos por radio.
“La alfabetización se apoyó en la radio porque los maestros tuvieron un lugar especial. En los años 40 entró la radionovela. Como mi tema se concentra en la mujer, empecé a rastrear a quienes habían escrito y dirigido radionovelas. La radionovela abrió fuentes de trabajo para las mujeres, además del mundo de la canción; la radio y la música por supuesto estaban absolutamente emparentadas.
“En el libro voy siguiendo los años 60 y 70 de los noticieros de gran formato en los que se leen los encabezados de distintos diarios, y la radio se convierte en un periódico hablado. Así nacieron grandes reporteros, críticos y periodistas. Nos acercamos a los 100 años y en este libro que te regalo hacemos una especie de autocrítica de lo que ha logrado e incorporamos a todas las capas sociales de nuestro país.
Los críticos alegan que la radio necesita recuperar su creatividad; mi libro aboga por una renovación en todos los niveles. El mundo radiofónico debe volver a ser esa fuente de creatividad.