Moscú. Resignadas por su ubicación geográfica a sufrir los daños colaterales de la “operación militar especial” –eufemismo de una guerra que oficialmente nunca se ha declarado, hasta ahora–, las regiones rusas limítrofes con Ucrania pidieron este miércoles al titular del Kremlin, Vladimir Putin, tomar medidas para que, lanzadas desde el lado ucranio o desviadas por los sistemas de defensa antiaérea, dejen de caer bombas sobre sus casas.
“Desde luego, no hay más prioridad que evitar esos bombardeos, pero eso compete a la dependencia militar”, respondió Putin y es de suponer que, en calidad de comandante en jefe de las fuerzas armadas, ordenará reforzar la defensa antiaérea de esas regiones.
El gobernador de Briansk, Aleksandr Bogomomaz, reveló que desde que comenzó la campaña militar en Ucrania, el 24 de febrero del año pasado, 235 viviendas han sido dañadas por impactos de proyectiles, en tanto Roman Starovoit, gobernador de Kursk, mencionó que 23 edificios de departamentos y 379 casas tuvieron que ser desalojados en el mismo periodo.
Ambos participaron este miércoles, junto con el gobernador de Belgorod, Viacheslav Gladkov, en un encuentro por videoconferencia con Putin, en la cual el presidente de Rusia reconoció que en las regiones fronterizas “hay casas y departamentos dañados o destruidos por bombardeos de formaciones neonazis”, como denomina al ejército ucranio.
Según el mandatario, “muchas personas están en una situación dramática: perdieron sus hogares, se vieron obligadas a refugiarse en casas de familiares o en sitios de residencia temporal, sufrieron cortes en el suministro de agua, calefacción y electricidad".
La situación más complicada se da en estos momentos en la región de Belgorod, donde 3 mil 700 personas tuvieron que ser evacuadas en fecha reciente y las viviendas desalojadas alcanzan una superficie de 108 mil metros cuadrados, precisó el viceprimer ministro de Rusia, Marat Jusnullin, a pregunta de Putin.
“Es un problema grave para muchos compatriotas”, reflexionó el jefe de Estado ruso y encomendó a Jusnullin: “Hay que reparar o compensar la pérdida de casas, apartamentos, otras propiedades, devolver la electricidad, el calor y el abastecimiento de agua a la operatividad normal".
Enfocado por las cámaras de la televisión pública, Putin prometió: “Es necesario actuar con rapidez y eficacia. Ninguna traba burocrática debe demorar la solución de estos problemas”.
Acoso de la OTAN
Entretanto, el portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov, volvió a insistir en que la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) utiliza toda su capacidad tecnológica para acosar a Rusia “24 horas al día, siete días a la semana”.
Según Peskov, “toda la infraestructura militar de la OTAN trabaja contra Rusia. Todos los sistemas de inteligencia de la OTAN, incluidos los aviones de espionaje, la red de satélites, operan 24 horas al día, siete días a la semana en favor de los intereses de Ucrania”.
El vocero dijo que “todo esto crea condiciones hostiles para nosotros, que no podemos pasar por alto”.
También se refirió a la posibilidad de que Estados Unidos, en lugar de los cazabombarderos que pide Ucrania, le entregue una variedad modificada de bombas de aviación que, adheridas a los misiles Himars, puedan alcanzar blancos hasta una distancia de 150 kilómetros. No obstante, restó importancia a ese riesgo:
“Sí, esta es una forma directa para incrementar la tensión, para subir el grado de escalada, somos conscientes y ello requiere esfuerzos adicionales por nuestra parte. Pero una vez más, esto no cambiará el curso de los acontecimientos, la operación militar especial continuará”, subrayó Peskov.