Ciudad de México. La economía mexicana “no desilusionó el año pasado”, al reportar un crecimiento anual de 3 por ciento, mejor a lo esperado, destacó Moody’s Analytics. Sin embargo, muestra “señales de fatiga”, por lo que su avance en 2023 podría ir de 0.5 a uno por ciento, amplió.
Alfredo Coutiño, director para América Latina de Moody's, consideró que el crecimiento del producto interno bruto (PIB) el año pasado responde a que las actividades esenciales se normalizaron luego que se removieron todas las restricciones sanitarias y las exportaciones continuaron beneficiándose de la demanda del mercado estadunidense.
Los ingresos por turismo también crecieron dada la política de puertas abiertas a viajeros internacionales, las remesas alcanzaron un máximo histórico impulsadas por el mercado laboral de Estados Unidos, mientras las transferencias monetarias del gobierno ayudaron a sostener el consumo familiar, amplió el analista.
Sin embargo, Coutiño considera que para 2023 las perspectivas enfrentan una desaceleración económica en Estados Unidos, principal socio comercial de México, lo que reducirá la demanda de exportaciones nacionales, mientras el mercado interno tendrá condiciones monetarias restrictivas.
En resumen, la firma de riesgo destaca que una menor demanda externa y la debilidad del mercado interno harán que el crecimiento del PIB pase de 3 por ciento a una media de 0.5 a uno por ciento. Con lo que se ajusta a la previsión que fijó en julio de 2022, para argumentar la baja en la calificación soberana de México a Baa2 con perspectiva estable.
En ese momento, al asumir un crecimiento de 1.8 por ciento para 2023, la firma de riesgo aseguró que debido a la tendencia de baja inversión, el crecimiento en México sería de alrededor de 2 por ciento entre 2022 y 2024.