Heliodoro Castillo, Gro. La legalización del cultivo de amapola en los municipios de la Sierra Madre del Sur de Guerrero beneficiaría a entre 20 mil y 30 mil productores de la entidad “porque no sólo es su cultivo sino también la industrialización y la comercialización que eso implica”, afirmó Arturo López Torres, uno de los impulsores de la reglamentación de los opioides.
El proyecto de legalización, recordó, “viene desde cuando éramos Consejo de Pueblos de Filo Mayor, cuando el priísta Rubén Figueroa Alcocer estaba como gobernador (1993-1996), y seguimos con lo mismo, tenemos más de 20 años y aún lo seguimos viendo como una necesidad en la sierra, y si se legalizan los problemas serían menores”.
Explicó que los productores han planteado primero la legalización de la siembra de amapola, y de no ser factible, “entonces la producción de mariguana, queremos que sea legal para que los impuestos que eso genere se queden en Guerrero, porque va a haber mucho dinero. No hay que olvidar que la entidad ha sido productora de goma de opio y mariguana”.
Durante un recorrido, de unos 200 kilómetros, realizado por La Jornada, el cual inició en Casa Verde, en la carretera federal Chilpancingo a Iguala, municipio de Eduardo Neri, y continuó en poblados de las demarcaciones de Leonardo Bravo, Heliodoro Castillo y Apaxtla de Castrejón, no se observó ningún sembradío de amapola; “ahorita no es la época”, dijo un campesino.
El ingeniero Arturo López precisó, en entrevista, que “estamos esperando que nuevamente el Congreso de la Unión empiece con el proyecto que hay, tienen uno en la mesa, porque ya van tres veces que se pospone” su discusión.
Indicó que esperan el periodo de sesiones de marzo y abril para que discutan el proyecto de ley elaborado, “porque inclusive existe un exhorto de parte de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN)”.
Señaló que el Congreso de Guerrero no quiere saber nada al respecto. “Los diputados locales no saben ni cómo entrarle a un proyecto, porque no han metido las manos para nada”.
López Torres añadió que el senador Félix Salgado Macedonio y algunos diputados federales han participado en algunos foros y reuniones, por lo que “esperamos que el senador Ricardo Monreal nos apoye, porque están que le entran y salen, no tienen una definición”.
De aprobarse esa ley para los opioides calculó que “de 20 mil a 30 mil productores de Guerrero se beneficiarían. Porque no es nada más es el cultivo, es la industrialización y la comercialización”.
Aunque reconoció que la goma de opio, por el momento se acabó, bajó su precio y no hay venta ni comercialización por los problemas que hay por la introducción de drogas sintéticas, “en Guerrero la mariguana sigue funcionando, se trabaja para enviarla a distintas partes de México y fuera de este”.
El ingeniero actualmente miembro de la organización Amapolas, asociación de mujeres productoras de opioides y mariguana en América Latina, reprochó que no es posible que “haya países que ya tienen una universidad, con una carrera de producción de mariguana y cómo se pueden hacer las cepas de semillas, y aquí no tenemos ni siquiera una ley actualizada”.
El tema de la legalización, insistió, lleva mucho tiempo, incluso “el mismo gobierno podría recaudar recursos por el pago de impuestos, pero desgraciadamente todo quedó en proyecto. Los políticos que se han acercado a nosotros sólo lo hicieron para proyectarse”.
Mencionó que hay trasnacionales que manejan grandes laboratorios y serán quienes se lleven “todo el plato servido”, y no los campesinos que producen la amapola o la mariguana.
De haberse legalizado los opioides desde hace tiempo, “se hubiera evitado la violencia, desplazamientos y todo lo que hoy se da. Yo se lo comenté al entonces gobernador Héctor Astudillo Flores (2015-2021), en una reunión en Chilpancingo, cuando hubo un paro de los transportistas, con gente de la sierra”.
Le dije: “métanse por la legalización porque el estado y el país se va a prender, y vea en donde estamos ahorita, tenemos cuántos años que está perdido ya el país, y ahorita para que lo logren bajar o quitar ese fuego tan grande que hay, va a estar bien difícil; pero sólo se quedó callado”.
El coordinador de la Policía Comunitaria Heliodoro Castillo (PCHC), Salvador Alanís Santos, expuso, por su parte, que la propuesta de la legalización “es muy complicada, porque no le han dado el camino adecuado a la producción de amapola. México importa mucha morfina, que se pudiera hacer aquí con la producción de amapola”.
Acusó que el gobierno “nunca ayudó a los productores que sembraban amapola para que la convirtieran en heroína “y mandarla al extranjero; ahorita con la introducción del fentanilo y la introducción del programa Sembrando Vida y el de Jóvenes Emprendedores, aquí en la sierra de Guerrero, se redujo la producción de amapola en 90 por ciento”.
A la gente, señaló, “no le interesa su legalización, si cuando el 100 por ciento de la población la producía no se logró, ahorita veo muy complicado que se logre. En los últimos dos años el precio de la goma de opio bajó mucho”.
Alanís Santos precisó que cuando gestionaron el programa federal Sembrando Vida “con los comisarios, firmamos un documento con el gobierno que si nos traía ese programa, la población se comprometía a reducir 70 del cultivo de manera voluntaria, y logramos más, porque se redujo en 90 por ciento”.
Ahora, detalló, en el municipio de Heliodoro Castillo hay mil 800 sembradores; en Chichihualco, mil. “Entonces la gente está agradecida, hay derrama económica, hay desarrollo, hay progreso, y no es por los ingresos de la amapola, es por los ingresos que el presidente (Andrés Manuel López Obrador) ha traído a la sierra”.
Las familias levantaron sus huertas y se sostienen de otros medios, “sólo nos faltan caminos para poder sacar esa producción; ojalá que en este año el Presidente nos visite en la sierra, ya hay un compromiso, ojalá nos traiga el programa de caminos rurales para que beneficie a todos ”.
Aunque aclaró “si le dices a la gente vamos a legalizar la amapola, siémbrenla; aquí hay experiencia de décadas, por que la gente aprendió a cultivarla, tienen una vasta experiencia, están los terrenos, los tiempos para que puedan salir muchas toneladas de goma de opio para la producción de algún medicamento o algunos medicamentos, instalando laboratorios ya legales”.
Estados Unidos ya legalizó la mariguana. “Se imaginan que México ofreciera esa oportunidad para la sierra, de que siembren amapola para algo bueno, aquí sería un detonante grande.
La forma artesanal que la gente producía la amapola se criticaba, pero es un trabajo muy arduo, muy complicado, y si el gobierno ofreciera esa oportunidad a los amapoleros, yo creo que se tendría la capacidad de producir lo que el gobierno pidiera”.
En ese contexto, el asesor de la Coordinadora de Comisarios Ejidales y Comunales de Guerrero, Arturo García Jiménez, reconoció que ese tema “ha sido el debate de muchos años. Guerrero es el productor número uno de mariguana y el segundo, en amapola. Si no me equivoco, hubo propuestas de gente de la sierra, asistimos a foros para la legalización, pero no quedó en nada”.
Sin duda, su legalización, añadió, habría evitado muchas muertes de jóvenes y el encarcelamiento de productores.
“Todo lo que se prohíbe siempre tiende a que la gente se vuelve a su favor. Con la amapola, si hubiera habido una investigación y un control, el uso médico para el país, que anda por ahí por las 18 toneladas de morfina, no satisface. Se prefirió prohibir la siembra, para que siguiera siendo un ilícito, para que cueste más y esté fuera de control”.
Con la mariguana “es igual, si vas a Holanda hay un control de esto, o sea que se venden las dosis específicas y se sabe a quién se vende, hay ese control, y el que produce pues también tiene garantizado un ingreso”, acotó.