Ciudad de México. A partir de este sábado y hasta el viernes 3 de febrero, el Museo Nacional de Culturas Populares recibe a la XXIX Feria del Tamal, que tras dos años de ser suspendida por la pandemia retorna con “más empuje” y el desafío de sus organizadores de superar los 250 mil visitantes de su más reciente edición, en 2020.
Los hay convencionales o estándar: de verde con carne de pollo o cerdo, rajas con queso, mole y dulce con pasas. También para paladares más versátiles: de suadero en salsa verde, chicharrón prensado, bisteck en salsa pasilla, cochinita pibil y democráticos frijoles, solos o acompañados de queso o mole. Y para gustos más arriesgados: de iguana, cuche (cerdo joven), totol (guajolote), camarón, chapulines y tichinda (una especie de mejillón endémico de Guerrero).
Por variedad de “ricos y sabrosos tamales calientitos” no se escatima en este encuentro gastronómico que desde hace casi tres décadas tiene lugar en dicho recinto ubicado en el corazón de la alcaldía de Coyoacán (Avenida Hidalgo 289), en el marco de las Fiestas de la Candelaria.
Este año cuenta con la participación de más de una treintena de cocineras y cocineros tradicionales de diversas regiones de la República e, inclusive, allende nuestras fronteras. La lista incluye a representantes de la Ciudad de México, Yucatán, Chiapas, Oaxaca, Tamaulipas, Guerrero, Veracruz, Michoacán, Guanajuato Puebla y Estado de México, así como de Guatemala, Honduras, El Salvador y Colombia.
Además de una amplia y apetitosa gama de tamales, también es posible disfrutar, para acompañarlos y que“amarren bien”, de un no menos diverso abanico de atoles y otro tipo de bebidas, tanto calientes como frías.
Desde los comunes atoles de arroz, cajeta, masa, fresa y vainilla, así como los infaltables champurrado y café, hasta atoles de tejocote, calabaza, mango y gansito (sí, esa golosina de la marca Marinela), además de bebidas tradicionales de diversas regiones del país, como el tejate y el pozol, hasta más exóticas para nuestra cultura, entre ellas la Mistela caribeña, de Honduras, hecha a base de agua de coco, piña, manzana cereza, canela, pimienta gorda y clavo de olor, y el colombiano “jugo de lulo afrodisíaco”.
La XXIX Feria del Tamal cuenta asimismo con un programa cultural y artístico conformado por presentaciones editoriales, proyecciones fílmicas, conciertos y espectáculos dancísticos.
Este domingo, a las 12 horas, la Filarmónica de la Secretaría de Marina ofrecerá un concierto y, a las 16, la Compañía de danza tradicional Mexicana Nizarindani presentará la obra De tamales y otros cuentos.
El 2 de febrero, el Día de la Candelaria, el grupo Los Folkloristas darán dos conciertos: uno didáctico, a las 16 horas, dirigido a niños y jóvenes, y otro para todo público, a las 18.