Madrid. Al menos 47 personas han muerto en la ciudad neoyorquina de Búfalo desde la declaración, hace casi un mes, del estado de emergencia por una tempestad invernal sin precedentes que ha dejado sensaciones térmicas de casi -40ºC.
La ola de frío forma parte del sistema tormentoso que devastó, particularmente entre el 21 y el 26 de diciembre, buena parte del país, y que ha dejado hasta el momento un total aproximado de 104 fallecidos en una veintena de estados de Estados Unidos y en la Columbia Británica.
El responsable del condado de Erie, Mark Poloncarz, indicó tras proporcionar el balance a través de su cuenta de Twitter que la cifra de fallecidos podría aumentar en las próximas horas a la espera de recibir los informes de toxicología de otras tres víctimas mortales.
La considerada como "la tormenta más devastadora de la historia de la ciudad", como la describió la gobernadora de Nueva York, Kathy Hochul, paralizó la práctica totalidad de los servicios e infraestructuras de la ciudad en medio de la temporada de vacaciones navideñas, lo que terminó acentuando la dificultad de los servicios de Emergencia para atender a algunas de las víctimas.
Ante las protestas de parte de la población y de algunos responsables de Emergencias como el presidente del sindicato 32 de Bomberos de la ciudad Vinny Ventresca, quien llegó a acusar al comisario de Bomberos de estar de vacaciones en medio de la crisis, Poloncarz ha cargado con la culpa por cierta dilación en la respuesta a la tormenta.
"No sé si adelantar la prohibición al tráfico habría cambiado las cosas pero fue mi decisión y asumo plenamente la responsabilidad.
Como dijo JFK: 'La victoria tiene muchos padres pero la derrota es huérfana'", lamentó en su cuenta de Twitter.
Otros responsables, como el propio comisario de Bomberos, William Renaldo, aseguraron que la ciudad estaba completamente preparada para atender a la emergencia.