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“El clasismo es la gran tragedia de mi país”: ganador del Premio Alfaguara 2023

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El autor andino fue reconocido por su novela Cien cuyes, elegida de entre 706 manuscritos participantes. Definió su obra como una tragicomedia ubicada en la Lima actual que aborda la hostilidad que ejerce la sociedad contra las personas mayores. Foto Jorge Sarmiento/cortesía Penguin Random House
20 de enero de 2023 11:10

El peruano Gustavo Rodríguez, quien este jueves obtuvo el Premio Alfaguara de Novela 2023, observa en la literatura una manera de reparar las grietas que hay entre Occidente y las culturas originarias de América.

La división clasista entre Occidente y lo originario es la gran tragedia de mi país y de casi todos los de Latinoamérica. Que la literatura sirva para ir cerrando esa grieta, tal como hacen los artistas japoneses con el oro para arreglar piezas de cerámica con la técnica del kintsugi.

En videoconferencia, que unió a Madrid con diversas capitales de América Latina, el escritor destacó que deseaba aprovechar el título de su novela premiada, Cien cuyes, para hablar del día especialmente difícilmente que se viviría este jueves en su país, en particular, la capital, con la llamada Marcha de los Cuatro Suyos o la toma de Lima.

Recordó que miles de ciudadanos peruanos provenientes de regiones apartadas de aquella urbe comenzaron llegar a ella desde el martes para protestar por lo que consideran una vida de inequidad y ninguneo, hartos de políticos y poderosos que sólo ven sus intereses.

Explicó: La palabra cuy en mi país, especialmente en los Andes, es de uso extremadamente cotidiano. Este roedor tan simpático, también conocido como conejillo de indias o cobayo, ha sido durante milenios parte de la dieta diaria de millones de habitantes de este territorio; por eso me alegra que el título ayude un poco, al menos, a visibilizar fuera del Perú a una gran cultura.

La novela de Gustavo Rodríguez –quien estuvo enlazado desde la capital peruana, donde nació en 1968– fue elegida de entre los 706 manuscritos participantes en esta 26 edición del Premio Alfaguara, de los cuales 296 procedieron de España, 112 de Argentina, 99 de México, 81 de Colombia, 43 de Estados Unidos, 28 de Chile, 27 de Perú y 20 de Uruguay.

El despertar más bonito

El jurado otorgó el premio a Cien cuyes –dotado de 175 mil dólares y una escultura de Martín Chirino, así como la publicación simultánea de la novela en todo el mundo de habla hispana, a partir del 23 de marzo– por mayoría, indicó su presidenta, la escritora argentina Claudia Piñeiro, al leer el fallo:

Es una novela tragicómica, situada en la Lima de hoy, que refleja uno de los grandes conflictos de nuestro tiempo. Somos sociedades cada vez más longevas y cada vez más hostiles con la gente mayor, paradoja que Gustavo Rodríguez aborda con destreza y humor. Un libro conmovedor cuyos protagonistas cuidan, son cuidados y defienden la dignidad hasta las últimas consecuencias.

En charla posterior, el autor reconoció que se asustó al recibir la llamada en la que se le dio la noticia del premio, pues eran las cuatro de la madrugada y pensó que se trataba de alucinaciones acústicas, ya que por la noche había tomado una pastilla de melatonina para conciliar el sueño.

Tras comprobar que era cierto, agregó: Ha sido el despertar más bonito que he podido tener en un día que no se augura muy bonito para el resto de mi país. La vida está hecha de esas contradicciones. Por eso es que esta novela, de alguna manera, es una tragicomedia también, hay estas dos pulsiones complementarias dándose pelea.

Inquirido sobre la salida que observa a la situación tan crítica que se vive en Perú, aclaró que debe retrocederse en el tiempo más de 200 años y asumir que es un asunto muy complicado.

Sobre todo en esta época en la que hay una polarización extrapolítica que vemos no sólo en mi país, sino en Estados Unidos, en parte de Europa, en Brasil, en gran parte de Latinoamérica. No sé qué salida hay. Soy un simple escritor, narrador de historias; pero me queda claro que la principal salida a largo plazo es considerar al otro a tu mismo nivel y empezar a dialogar con él para tratar de entenderlo. Mientras no se den esos mecanismos en nuestros países, entonces la salida seguirá siendo postergada.

Aclaró que escribió Cien cuyes con el ánimo de que empecemos a hablar de la muerte con más naturalidad, más frescura y hasta humor, pues considera que “el sexo ha tenido demasiado protagonismo al promocionarse como estrella tabú, al menos en Occidente, y me parece que de la muerte se habla incluso menos que de sexo.

“Eso puede comprobarse con la cantidad de eufemismos que usamos cuando alguien muere: pasó a mejor vida, trascendió, está en el cielo (…) Tenemos que hablar más de la muerte en general y de la dignidad al morir en particular.”

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