Tlahuiltepan, Hgo. Ante la falta de apoyos por parte tanto del gobierno estatal como federal, cerca de 50 mujeres, entre viudas y madres de familia que perdieron a sus cónyuges e hijos en la explosión de una toma clandestina perforada por "huachicoleros" en un ducto de Petróleos Mexicanos (Pemex) en los límites de Tlahuelilpan y Tlaxcoapan el 18 de enero de 2019 , se han visto obligadas a laborar en fábricas de resortes donde "se les paga el sueldo mínimo" dijo Araceli Ramos López, una de las vecinas.
Al tomar la palabra al final de la misa que se realizó en la llamada "Zona Cero", ubicada en el campo de cultivo de la colonia San Primitivo donde se suscitó la explosión que calcinó a 137 personas, Araceli Ramos dijo que si bien el gobierno federal ha otorgado becas para los jóvenes y otorga apoyos a los adultos mayores, "no son suficientes los montos para el precio que tienen las cosas".
Tras lamentar que el gobernador Julio Menchaca Salazar no haya asistido a la ceremonia ni haya dirigido ningún mensaje de acciones a favor de las familias de las víctimas, muchas de las cuales se encuentran en proceso de desintegración ya que algunos de los adolescentes "ya andan en las drogas".
En entrevista para La Jornada dijo que "hay una vecina que ese día fallecieron su hijo, y su yierno y las esposas, con tristeza sus mujeres quedaron desamparadas y se metieron a trabajar en una fábrica de resortes en tres turnos por un sueldo mínimo".
"Lo que las mujeres piden es trabajo digno", puntualizó.
Dijo que uno de los sobrevivientes del estallido es de Tlahuelilpan el cual está prácticamente abandonado por las autoridades.
Desde temprana hora, los familiares de algunas de las personas que murieron quemadas vivas y otras, en una dolorosa agonía días después se presentaron en el campo de cultivo donde colocan una cruz de madera a un costado de la fosa donde días después de la tragedia sepultaron la grasa negra producida por la combustión de la carne y la piel en forma de siluetas humanas que quedaron en el suelo bajo los esqueletos blanquesinos de varias decenas de las víctimas.
Allí colocaron también pequeñas capillas de ladrillo con algunas fotos y retratos pintados de sus familiares junto con la imagen de Cristo y la Virgen de Guadalupe.
En una de las capillas, por más de una hora, los familiares de un joven que murió en la explosión pusieron a todo volumen el reproductor de música de una camioneta con las canciones de banda que eran favoritas del difunto.
En otra, los inconsolables familiares realizaron "rosarios" mientras arrojaban agua bendita al retrato que estaba en la capilla.
Durante la misa, realizada bajo un enlonado aportado por las autoridades municipales de Tlaxcoapan, de donde eran originarios muchos de los fallecidos, el párroco sólo mencionó 70 nombres de las 137 víctimas lo que indica que a diferencia de otros años, faltó a la ceremonia religiosa más de la mitad de los familiares de los difuntos.
Sobre el memorial que en 2020 se comprometió a construir tras hacer un llamado a la paz y a la reconciliación,la titular de la Subsecretaria de Desarrollo Democrático, Participación Social y Asuntos Religiosos de Gobernación federal, Diana Álvarez Amaury, hasta el momento lo único que hay es la placa que se colocó en la Zona Cero en el primer aniverario de la tragedia.
Pobladores arrojaron "huachicol" a drenaje.
A cuatro años de la explosión e incendio de una toma clandestina en un ducto de Petróleos Mexicanos (Pemex) en los límites de Tlahuelilpan con Tlaxcoapan, que causó la muerte de 137 personas, vecinos aseguran que la noche del 18 de enero de 2019, algunas de las personas que habían logrado llenar cubetas, envases de agua purificada y pequeños contenedores con gasolina, horas o minutos antes del estallido la arrojaron al drenaje
Esto a consecuencia de un rumor que empezó a circular por Whatsapp de que el ejército iba a realizar cateos en viviendas para hacer decomiso del combustible y ejecutar detenciones lo cual resultó falso.
Aunque hasta el momento las autoridades tanto de los dos municipios como del gobierno del estado no informaron acerca de la presencia de combustible en los drenajes del poblado de San Primitivo, Tlahuelilpan y de Teltipan, municipio de Tlaxcoapan, divididas por el campo de cultivo donde estaba ubicada la toma perforada por huachicoleros la mañana de ese 18 de enero y la cual estalló varias horas después, algunos de los pobladores aseguran que alrededor de las 21 horas de esa noche, empezaron a recibir por WhatsApp de números y remitentes desconocidos mensajes donde de alertaba que los soldados y marinos se estaban metiendo a las casas para decomisar los garrafones y envases con los que habían colectado gasolina de la toma y haciendo detenciones por lo que muchas personas se deshicieron del "huachicol" en las coladeras de sus casas.
"Al final vimos que era una mentira ya que no hubo ningún operativo militar para eso" dijo don Artemio, uno de los vecinos de Teltipan,comunidad de Tlaxcoapan vecina de San Primitivo y cuyo panteón se saturó por el gran número de víctimas originarias de ese poblado.