Viena. Sus primeros cuadros provocaron auténtico escándalo y fueron censurados. A pesar de esto, Georg Baselitz se ha convertido en uno de los pintores y escultores alemanes más famosos del mundo.
Con motivo de su 85 cumpleaños el 23 de enero, este año habrá siete exposiciones sobre su obra en Viena, París, Nueva York, Londres, Berlín y Künzelsau (Alemania).
Baselitz saltó a los titulares en 1963, con 25 años, por la intervención de la fiscalía para ordenar la retirada de sus obras de una exposición en Berlín. La causa: en Hombre desnudo se veía a un individuo con un pene enorme y La gran noche bajo el desagüe mostraba a un niño masturbándose. Esta última obra sigue siendo para él un cuadro increíble, que hoy en día es aún menos comprensible que entonces, o incluso descifrable, debido a la corrección política
, asegura a Dpa este artista nacido en la extinta República Democrática Alemana. En París podrá verse su obra en una muestra de la Galería Ropac; en tanto, el evento más importante del aniversario se considera la exposición Maestros Desnudos en el Museo Kunsthistorisches (KHM) de Viena (del 7 de marzo al 25 de junio). En la exhibición, 73 pinturas y dos esculturas de Baselitz realizadas entre 1972 y 2022 dialogan con óleos de antiguos maestros que giran en torno al desnudo. Probablemente sea la mayor exposición que el KHM haya dedicado nunca a un artista moderno
, afirma Andreas Zimmermann, uno de los comisarios de la muestra. El propio Baselitz realizó la selección de obras.
Los cuadros abordan la propia desnudez del artista y de su mujer e incluyen obras de los últimos años, la época de la vejez. En algunos casos llegan a tener cuatro metros de ancho y resultan impactantes por su simultánea fragilidad y monumentalidad
, señala Zimmermann. La exposición, que abarca 50 años de trabajo, también documenta la versatilidad del pintor: desde pinturas de dedos a pinceladas gruesas, imágenes ligeras como plumas o, más recientemente, collages.
El elemento sorpresa, la reinvención permanente del método pictórico, es uno de los principios estructurales centrales del conjunto de su obra
, afirma Zimmermann. Sus vínculos con Austria –Salzburgo es uno de sus lugares habituales de residencia desde hace 10 años junto con el lago Ammer, en Baviera, e Imperia, en Italia– también quedarán documentados con una exposición en el Albertina de Viena del 7 de junio al 17 de septiembre, con 100 dibujos de todas las fases creativas del artista.
Mis medios de locomoción en el estudio proceden ahora de tiendas especializadas en ortopedia, dice el artista, que se define a sí mismo como una persona nerviosa y caótica.
Nacido como Hans-Georg Kern, su nombre artístico evoca su lugar de nacimiento, Deutschbaselitz, cerca de Dresde. Empezó a pintar siendo adolescente. Para horror de sus padres, no terminó el bachillerato y quiso ser artista.
Con sus cuadros de Héroes, que en realidad representan a antihéroes, Baselitz encontró a mediados de los 60 un estilo que aún resuena hoy: figuras que perturban con sus proporciones distorsionadas, manos y pies enormes y cabezas pequeñas, un recuerdo de las imágenes de horror de la Segunda Guerra Mundial. Nací en un orden destruido, en un paisaje destruido, en un pueblo destruido, en una sociedad destruida. Y no quería introducir un nuevo orden. Ya había visto más que suficientes supuestos órdenes
, describió una vez su credo. En 1969 creó el primer cuadro invertido, Der Wald auf dem Kopf (El bosque cabeza abajo). Él mismo habló de la tercera vía
entre la abstracción y el arte figurativo. Este estilo fue el que lo hizo famoso a nivel internacional. En 2004 recibió el Praemium Imperiale, considerado el Premio Nobel
del arte.
La relación de Baselitz con Alemania no está exenta de problemas. En respuesta a la Ley de Protección de Bienes Culturales, en vigor desde 2016, retiró sus préstamos permanentes de los museos alemanes por temor a no disponer ya libremente de sus bienes.