Davos. El director de la Agencia Internacional de Energía (AIE), Fatih Birol, afirmó que la nueva legislación de Estados Unidos destinada a combatir la inflación interna es el pacto climático más importante desde el Acuerdo de París.
En un comité sobre seguridad energética en el Foro Económico Mundial, Birol afirmó que la Ley de Reducción de la Inflación impulsaría la inversión en energías más limpias y agregó que la seguridad energética es ahora el mayor motor de la inversión climática.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, firmó el año pasado la ley de 430 mil millones de dólares. Mediante ella, se subsidian productos que van desde los automóviles eléctricos a los paneles solares y ha suscitado el temor en Europa de que ahuyente la inversión, en un momento en que la Unión Europea necesita grandes inversiones en industrias limpias para cumplir sus objetivos de reducción de emisiones para 2030.
Vicki Hollub, consejera delegada de la petrolera estadunidense Occidental Petroleum Corp, calificó la ley como una de las más transformadoras que se han firmado jamás.
Aunque los países europeos han acogido con satisfacción el nuevo compromiso con la transición energética, algunos han dicho que temen que pueda perjudicar a sus empresas.
Por su parte, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, anunció que se prepara un plan de inversiones en industrias “limpias” que contrarreste el impacto que ha tenido la ley de subsidios verdes estadunidense en la economía comunitaria, así como una legislación para un tejido de “cero emisiones” con objetivos “claros” a partir de 2030.
Adelantó que el Ejecutivo comunitario presentará una nueva Ley de Industria Cero Neto, que fijará objetivos “claros” para la tecnología limpia europea a partir de 2030.
Además criticó los esfuerzos por atraer a China las industrias europeas de tecnologías limpias, mediante subvenciones que, según ella, “distorsionan” el mercado.
El consejero delegado de la empresa noruega Yara, Svein Tore Holsether, dijo que Europa no ofrece suficientes incentivos para que empresas como la productora de fertilizantes se pasen a las tecnologías ecológicas, en claro contraste con Estados Unidos.