Guadalajara, Jal. La Red Jalisciense de Derechos Humanos (RJDH), que en días recientes externó condolencias por el fallecimiento del sacerdote dominico fray Miguel Concha Malo, recordó que en Jalisco el también activista se solidarizó con las causas del pueblo nahua y otomí del sur del estado y fue uno de quienes suscribió y avaló la denuncia ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) por el conflicto minero y de límites territoriales con Colima, que sigue afectando a los indígenas del ejido de Ayotitlán.
Óscar González Gari, presidente de la RJDH, recordó que el padre Concha firmó junto a la Red, a la Unión de Pueblos de Manantlán y el Frente Regional Pro Manantlán y Cuenca del Marabasco, la denuncia presentada en 2006 ante la CIDH por el despojo de tierras, la incertidumbre territorial y el tráfico de recursos naturales no sólo mineros sino forestales que ocurre en la reserva de la biosfera sierra de Manantlán, ubicada al sur jalisciense donde está asentado el ejido nahua en los indefinidos límites con Colima.
“Preocupado por los constantes atropellos a los derechos humanos y a la dignidad y autonomía del pueblo nahua y otomí de la sierra de Manantlán, el padre Concha publicó una serie de artículos en su defensa en su columna sabatina del diario La Jornada, del que fue accionista, co fundador y especialista en temas eclesiales y de derechos humanos”, recordó González Gari a través de un comunicado.
Dijo que en 2011 en el informe anual sobre la situación de los derechos económicos, sociales, culturales y ambientales en México, Miguel Concha Malo dedicó a la reserva de la biósfera sierra de Manantlán varias páginas en un apartado que tituló “La minería versus derechos humanos”, en la cual describió a la minera Peña Colorada como una seria amenaza a la sustentabilidad humana y ambiental de esa región indígena, aprovechando además la indefinición territorial entre ambos estados.
González Gari además recordó que Concha, quien falleció el 9 de enero pasado, fue maestro de teología y perteneció a la Orden de Predicadores, la misma en la que estuvo fray Antonio Alcalde y Barriga, considerado en Guadalajara como el gran benefactor histórico y primer defensor de los derechos humanos de los pobres, desvalidos y enfermos del siglo 18 en la ciudad.
El titular de la RJDH precisó que la última visita del padre Concha a Jalisco fue en agosto de 2017 para presentar la biografía completa de fray Antonio Alcalde, acto en la cual quedó clara su visión a favor del cuidado y respeto de los derechos humanos que muchas veces también esgrimió a favor de causas en el Occidente del país, “animando siempre a los defensores civiles de derechos humanos y a las víctimas del sistema de dominación capitalista”.
“Con su muerte se nos va uno de los grandísimos promotores de la formación de las Organizaciones No Gubernamentales de derechos humanos del país, pues tuvo injerencia en la creación de los centros Fray Francisco de Vitoria y Miguel Agustín Pro Juárez (con el jesuita Jesús Maldonado); así como de la Comisión Mexicana de Defensa y Promoción de los Derechos Humanos y la Red Nacional de Organismos Civiles de Derechos Humanos”.