Frankfurt. Policías y grupos de manifestantes se enfrentaron el sábado durante una concentración contra la expansión de una mina de carbón a cielo abierto en Lützerath, en el oeste de Alemania, que contó con la presencia de la joven ecologista sueca Greta Thunberg.
Al margen de una manifestación que reunió a varios miles de personas -- 35.000, según los organizadores y 15.000, según la policía --, cientos de militantes anticarbón trataron de penetrar en zonas prohibidas de una mina de lignito en el oeste del país, informaron las fuerzas de seguridad.
"Se rompieron las barreras policiales. A las personas delante de Lützerath: '¡Salgan de esta zona inmediatamente!'", tuiteó la policía.
Anteriormente, periodistas de la Afp habían sido testigos de enfrentamientos entre grupos de manifestantes y las fuerzas de seguridad, contra las que se lanzaron artefactos pirotécnicos y piedras, según medios locales.
En las imágenes de televisión, una hilera de policías en uniforme antidisturbios protegía los bordes del foso, de decenas de metros de profundidad, al que se estaban acercando los manifestantes.
Un periodista de la Afp vio a un joven herido en la cabeza. De fondo, se escuchaban sirenas de ambulancia. "Hay heridos tanto de un lado como de otro, pero aún no sabemos cuántos", declaró un portavoz de la policía a la Afp.
El colectivo Lützerath lebt! (¡Lützerath vive!) mencionó decenas de heridos entre los activistas, debido a mordeduras de perro y cañones de agua.
Al menos 20 activistas fueron trasladados al hospital, declaró Birte Schramm, un socorrista del movimiento que ocupa el pueblo. Schramm precisó que algunos de ellos fueron "golpeados por la policía en el estómago y en la cabeza" y que sufrían de heridas que podían "poner su vida en peligro".
Los manifestantes se dispersaron en pequeños grupos por los campos que hay en los alrededores de la mina, bajo una lluvia torrencial.
"Algunas personas han entrado en la mina. ¡Aléjense inmediatamente de la zona de peligro!", tuiteó la policía.
Las fuerzas de seguridad protegían también el acceso a municipio de Lützerath, cerrado con rejas y ocupado por varias decenas de activistas que estaban siendo evacuados por las fuerzas del orden desde hacía varios días.
La marcha se organizó en apoyo a los activistas que ocupan el lugar, abandonado, y estuvo simbólicamente encabezada por la activista sueca Greta Thunberg.
No sacrificar el clima
Según lo previsto, el emplazamiento de Lützerath, situado en la cuenca renana, entre Düsseldorf y Colonia, desaparecerá para que se pueda ampliar la mina de lignito explotada por la compañía de energía alemana RWE.
"Es una vergüenza que el gobierno alemán llegue a acuerdos y compromisos con empresas como RWE", declaró Thunberg desde una tribuna.
"El carbón de Lützerath debe permanecer en el suelo", afirmó ante los manifestantes, llamando a no sacrificar el clima a costa del "crecimiento a corto plazo y la codicia de las empresas".
Las fuerzas de seguridad habían reanudado a primera hora de la mañana los trabajos de desmantelamiento del campamento. El viernes por la noche, quedaban en el sitio entre 20 y 40 activistas, según dijo un portavoz del movimiento a la Afp.
La operación de evacuación, que comenzó esta semana, movilizó refuerzos policiales de toda Alemania.
Hasta ahora, unos 470 militantes fueron evacuados del lugar, según la prensa alemana, que citó a la policía.
El movimiento fue apoyado por acciones de protesta en todo el país. El viernes, activistas enmascarados prendieron fuego a contenedores y pintaron lemas en las oficinas de Los Verdes en Berlín.
El partido, que forma parte de la coalición gobernante en Alemania con los socialdemócratas del canciller Olaf Scholz y el liberal FDP, es objeto de duras críticas por parte de ciertos activistas que lo acusan de traición por haber firmado un compromiso con RWE que permite destruir Lützerath, cuyos habitantes fueron expropiados hace varios años.
El Ejecutivo alemán considera necesaria la extensión de la mina para garantizar la seguridad energética de Alemania tras la interrupción del suministro de gas ruso.
Los detractores del plan rechazan este argumento y alegan que las reservas actuales de lignito son suficientes.