Cruz Azul volvió a caer en un pozo en el estadio Azteca. En la misma semana en que el enojo y la indignación se juntaron por efecto de una fiesta infantil -organizada por Julio César Domínguez- con motivos del narcotráfico, los jugadores de La Máquina intentaron que el desenfreno de la ocasión tuviera un límite, pero el Monterrey lo aprovechó para llevarse la victoria (2-3) en su visita.
Reforzado en casi todas sus líneas, Rayados jugó estrictamente con la orden de atacar por las bandas y producir errores en la circulación de la pelota. Los cementeros, en cambio, fueron una caja de enigmas que por momentos generó desconfianza y en otros sorprendió a los zagueros regiomontanos.
Tras los primeros avisos de Germán Berterame y Arturo González, Uriel Antuna dejó atrás su pase frustrado al Panathinaikos de Grecia y convirtió un pase de Carlos Rodríguez en el primer gol de La Máquina (minuto 28). A pesar de la desventaja, los regiomontanos emparejaron el partido antes de irse al descanso.
Germán Berterame remató de manera exquisita un servicio de Jesús Gallardo y empató tras vencer a Jesús Corona (42). La misma fórmula, pero con diferentes intérpretes, consumó la remontada de los Rayados. Eduardo Aguirre sirvió a Rogelio Funes Mori y el Mellizo apareció para marcar el segundo (50).
Mientras Michael Estrada salió expulsado por doble tarjeta amarilla, producto de una fuerte entrada sobre Luis Romo, desde el banquillo Raúl Gutiérrez mandó a sus únicas caras nuevas, Augusto Lotti y Ramiro Carrera, sin que ninguno pudiera marcar diferencia.
En el final, Berterame fue autor del tercer tanto de Rayados con un derechazo fulminante (76) y el propio delantero argentino, en un tiro de esquina, acercó a La Máquina con el 2-3 tras un gol en propia puerta (80).