Ciudad de México. El desarrollo de vivienda de interés social prácticamente se paralizó por el encarecimiento del suelo, de manera que, a falta de oferta, en los últimos cuatro años la colocación de crédito por parte Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores (Infonavit) acumula un desplome de 61.8 por ciento respecto al periodo comparable de 2012 a 2016, reportó Ignacio Lacunza Magaña, nuevo presidente del Consejo Nacional de directores de la Asociación Mexicana de Profesionales Inmobiliarios (AMPI).
En conferencia de prensa destacó que se requieren políticas por parte de los tres niveles de gobierno para conectar y dar infraestructura a espacios donde el suelo es más barato, “no hay de otra”, así como dar otro tipo de subsidios a una industria que, independientemente del segmento de vivienda que construya —de interés a social a residencial—, tiene márgenes de utilidad de entre 20 y 25 por ciento, “aproximadamente”, reconoció Lacunza Magaña.
“Infonavit ha batallado para colocar los créditos y tenemos una gran base de trabajadores para ejercerlos, pero no hay vivienda por el alto costo de la tierra”, sostuvo el directivo inmobiliario. Datos del mismo organismo público revelan que entre 2012 y 2016 la colocación de créditos fue de un millón 744 mil 680, mientras en el periodo de 2018 a 2022 alcanzó 665 mil 672, un desplome de 61.8 por ciento.
Los integrantes de la AMPI explicaron que no se debe a que Infonavit no esté ofreciendo alternativas y nuevos productos para que los trabajadores usen los créditos, el problema es que no hay suficiente oferta asequible para la mayoría de la fuerza de trabajo. “El (segmento de) interés social prácticamente está parado. Las desarrolladoras no tienen tierra para poder desarrollar. Y no por otra cosa, sino por el alto costo de la tierra”, enfatizó Lacunza Magaña.
Sin hablar sobre la participación que pudiera tener la industria inmobiliaria en el encarecimiento del suelo, el presidente del Consejo Nacional de la AMPI detalló que una gran parte tiene que ver con que en las zonas de alta concentración de población hay menos tierra, por ende, la poca que hay es más cara y eso pasa tanto en la Ciudad de México como en otras de las principales metrópolis del país.
“La vivienda es un derecho humano y el gobierno tiene que apoyar para eso. Podemos encontrar tierra barata, pero no hay servicios (…) Se tienen que hacer, necesariamente, financiamientos por parte del gobierno federal, estatal y municipal para introducir los servicios, no hay de otra”, subrayó el directivo. Y agregó, que también “es muy importante” la conectividad, promover transporte ágil y económico para quienes viven en las periferias.
Como nuevo presidente de la AMPI, Lacunza Magaña adelantó que, luego de dos años de contracción por la pandemia, el sector inmobiliario en México espera tener en 2023 un ligero repunte de más de uno por ciento, alentado por el sector vivienda en las grandes ciudades. Sin embargo, de 2022 se observa que los segmentos de crecimiento más destacados son el industrial, por la relocalización de las cadenas de suministro hacia América del Norte y el de vivienda vacacional.