Jilotepec, Méx. Autoridades del gobierno de México y del Estado de México encabezaron este miércoles una reunión de trabajo en la comunidad de Mexicaltongo, donde hace poco más de un mes se comenzó a percibir un penetrante olor a combustible en el manantial que cruza la localidad. La contaminación es de tal magnitud, que desde el 30 de diciembre este venero se está incendiado y se mantiene un fuego controlado.

Las autoridades federales constataron la gravedad del problema y ahora analizan la solicitud de la presidencia municipal de Jilotepec, para que se emita una declaratoria de emergencia, que permita que se destinen recursos extraordinarios para realizar los estudios necesarios para conocer de dónde proviene la contaminación del agua con combustible.

Laura Velázquez, coordinadora Nacional de Protección Civil y el subsecretario general de Gobierno del Estado de México, Ricardo de la Cruz hicieron un recorrido por la zona siniestrada y escucharon los avances que se han tenido en los trabajos de mitigación de riesgos para la población de la zona. El lugar se encuentra resguardado y delimitado por personal de la Guardia Nacional y el Ejército Mexicano.

El pasado domingo 2 de enero, pobladores de las comunidades de Mexicaltongo, San Miguel La Victoria, San Lorenzo, Zaragoza, Vista Hermosa del municipio de Jilotepec y Soyaniquilpan, cerraron la circulación de la autopista México-Querétaro por espacio de ocho horas, lo que generó un severo conflicto vial, pues ese día miles de ciudadanos regresaban del periodo vacacional.

Los pobladores de la región informaron que desde finales de noviembre se comenzó a percibir un olor muy fuerte a gasolina en el agua del manantial y fue el 30 de diciembre cuando el manantial comenzó a arder. Pese a los llamados de auxilio, nadie fue a apoyarlos y por ello optaron por cerrar la autopista. El alcalde priista, Rodolfo Noguez tuvo que ir a la ciudad de México a pedir apoyo a las oficinas centrales de Pemex, quienes llegaron hasta la tarde del 1 de enero, pero constataron que no hay fallas ni fugas en los ductos que pasan por la región.

Personal de Pemex realizó análisis y determinó que la contaminación no es con gasolina, aunque los pobladores insisten en que se trata de un hidrocarburo, por el olor tan penetrante.

A pesar de que ese día se extinguió el incendio en el manantial, al día siguiente volvió a arder y con pruebas se determinó que mejor hubiera un fuego controlado para evitar una explosión que pusiera en riesgo a la población asentada en la zona.

“El incendio está controlado, nos han dicho que se quema alrededor del 90 por ciento del combustible que ha contaminado el agua, pero ahora lo que nos preocupa es el humo constante”.

Este manantial de Mexicaltongo era utilizado por más de 2 mil personas como fuente de abastecimiento de agua para consumo humano, de animales y hasta para riego de tierras.

Desde finales del año pasado el agua ya no se consume y las autoridades municipales y estatales envían de menos dos pipas diarias para surtir de agua a los pobladores de la localidad.

“La causa de la contaminación es un tema muy complicado de saber. Se necesitan estudios especiales que se llaman de caracterización para saber qué es y por dónde se está contaminando el venero. Los estudios son muy costosos y estarían a cargo de Pemex o de una empresa especializada, pero nosotros no tenemos recursos, por eso urge que se emita una declaratoria de emergencia para poder realizarlos. Además son estudios largos, pues se requieren diversos análisis como de agua, suelos, estudios topográficos y otras cuestiones”, explicó el alcalde Rodolfo Noguez.

El edil informó que ahora los tres órdenes de gobierno (federal, estatal y municipal están realizando un trabajo coordinado para contener el problema y no genere más daño.

“Ahora que vinieron de Protección Civil nacional nos comentaron que el problema es más grave de lo que pensaban y ojalá esta visita nos ayude a determinar la urgencia de la declaratoria de emergencia para acceder a los recursos para los estudios”.

Las autoridades han descartado, por ahora, riesgos de alguna explosión mayor o alguna situación que atente contra la integridad de los pobladores de la zona. Pemex monitorea de forma permanente el manantial, y este se mantiene en vigilancia tanto por la Guardia Nacional, el Ejército y la policía municipal.