Ciudad de México. Las causas, las voces, organizaciones y personas que cruzaron caminos y se beneficiaron con el acompañamiento y la amistad de fray Miguel Concha Malo se reunieron para despedirlo hoy en la parroquia del Convento de San Alberto Magno, donde el defensor de derechos humanos vivió en comunidad durante años.
Se congregaron para la misa de cuerpo presente de este mediodía, en torno a la extensa familia Concha Malo (fueron ocho hermanos queretanos), los jóvenes que se formaron en los cursos del Centro Universitario Cultural, los campesinos de San Salvador Atenco haciendo valla con sus machetes y coronando el ataúd con su paliacate rojo, la amplia gama de organizaciones defensoras de derechos humanos, laicas o de raíz religiosa, estudiantes que pasaron por sus aulas, sindicalistas, ex presos políticos.
Temprano acudió Cuauhtémoc Cárdenas, ex jefe de gobierno del Distrito Federal y dos veces candidato a la presidencia (víctima del fraude de 1988), con quien compartió largas batallas políticas para abrir brecha a las fuerzas democráticas. El presidente de la Fundación para la Democracia aseguró que fray Miguel fue “uno de los mas importantes defensores de los derechos humanos e impulsores de la democracia del país. Lo hizo en circunstancias muy difíciles y su persistencia es un ejemplo que nos deja”.
También estuvo Alejandro Cerezo, quien recuerda conmovido cómo fue Concha quien le abrió las puertas y fue el primero en reconocer al Comité Cerezo, que se creó en 2001, en principio para lograr la libertad de sus hermanos Héctor y Alejandro (perseguidos y acusados de terrorismo por el gobierno de Fox).
E Ignacio del Valle, de Atenco, que hace memoria, conmovido, cuando fray Miguel, junto con el tatik Samuel Ruiz y el obispo Raúl Vera, lograron sortear todos los candados de la seguridad peñanietista para entrar al penal de máxima seguridad de Almoloya para visitar a los presos políticos.
Fray Gonzalo Ituarte, prior de la orden de los Predicadores, durante la homilía, recordó que a lo largo de su tránsito por su vida sacerdotal Concha llegó a considerar que la teología no bastaba para hacer realidad los evangelios. A través del estudio y la práctica, dijo, “llegó a ser el gran traductor del Concilio Vaticano Segundo y de la Iglesia latinoamericana”. Y concluyó: “Avanzando en la realidad, nos abrió el camino”.
Juan Concha, el menor de los hermanos Concha, habló de la faceta familiar del fraile, un niño feliz en inquieto que se rompió el brazo en un juego, fue mordido por un perro y llegó a chocar el coche de su papá. Infancia y adolescencia normales, que desembocaron, sin que nadie lo sospechara, en l vocación sacerdotal.
Miguel, dijo su hermano, “no era liberal; era libre”. Apegado a su familia, bautizó y dio la primera comunión a todos sus sobrinos. Solo el nieto más pequeño de su hermano Juan se lamentó ayer. “El tío ya no me va a poder dar la primera comunión”.
En su faceta profesional, se recordó su larga práctica en las aulas universitarias y su trabajo en la fundación de varias instituciones que conformaron el camino de la sociedad civil: Cencos, Amnistía Internacional sección México, la Academia Mexicana de Derechos Humanos y la mas cercana de todas, el Centro de Derechos Humanos Fray Vitoria. Pero también subrayó su vocación como un promotor del diálogo para la solución de conflictos, dentro y fuera de nuestras fronteras: en Chiapas, en Atenco, Oaxaca, el País Vasco, Cataluña, conflictos post electorales, conflictos laborales, de medio ambiente.
Y una memoria más. Hasta los últimos días de su vida, Miguel Concha se ponía nervioso los miércoles, llamaba a su secretaria y se encerraba en su despacho. Tenía que redactar, puntual y preciso, su artículo sabatino para La Jornada.
Las coronas y arreglos florales apoyados en los costados de la parroquia daban fe de ese camino compartido: la familia de Don Pablo Casanova, Greenpeace, Sindicato de Electricistas, las trabajadoras del convento de San Alberto Magno, el subsecretario Alejandro Encinas, la Fiscal Especial para Feminicidios Sayuri Herrera (que dio sus primeros pasos como abogada precisamente en el CDHFFV), la fiscal capitalina Ernestina Godoy, SERAPAZ, Católicas por el Derecho a Decidir y muchas mas.
Terminada la eucaristía, los machetes y caracoles del Frente de Pueblos de San Salvador Atenco hicieron sonar las consignas de las luchas populares que siempre le fueron cercanas a Concha.
“Métele que traigo
Métele al tambor
Métele que traigo
A Miguel en la voz”.