Acapulco, Gro. La activista Florencia Ruiz Mendoza resaltó la importancia de que la sociedad civil utilice las nuevas herramientas de la tecnología para rescatar y difundir situaciones que representan injusticias y que durante años han permanecido silenciadas, así como para visibilizar voces que no han sido escuchadas.
En el contexto de la novena “Exposición fotográfica de personas desaparecidas en el estado de Guerrero”, integrantes del colectivo Memoria, Verdad y Justicia, la mayoría de ellas mujeres, participaron en un taller de historia oral, impartido por Ruiz Mendoza.
La activista en contra de la desaparición forzada y académica, quien actualmente estudia una maestría en Historia oral, en la Universidad de Columbia, en Nueva York, recordó que durante décadas la construcción de la verdad perteneció a Televisa, que durante mucho tiempo contribuyó a fortalecer la narrativa oficial.
Actualmente, subrayó Ruiz Mendoza, la existencia de las redes sociales, los teléfonos celulares, representan nuevas posibilidades para registrar la historia por medio de la oralidad, además del arte.
Señaló que “la historia oral, más que nunca ha cobrado una gran importancia, pues la sociedad civil ya cuenta con las herramientas, un celular para poder grabar y documentar las narrativas de todos los niveles, colectivos, organizaciones sociales, comunidades marginadas, que no han estado representadas en la narrativa oficial”.
Al concluir el taller, madres, esposas y familiares de personas desaparecidas montaron la novena exposición de fotografías con rostros de personas desaparecidas en las inmediaciones del árbol de amate, en el zócalo del puerto de Acapulco, a unos metros de la catedral, justo donde en diciembre instalaron el Árbol de la Esperanza, con motivo de las conmemoraciones navideñas.
Integrantes del colectivo Memoria, Verdad y Justicia, explicaron que han sostenido reuniones con autoridades municipales para lograr un lugar fijo en el zócalo de Acapulco, para mantener el Muro de la Memoria, donde se exhibían las fotos de personas desaparecidas impresas en losetas, hasta antes de iniciar los trabajos de remodelación de la plaza, por lo que el mural fue destruido.
Sin embargo, mencionaron que no han logrado los resultados esperados para concretar un sitio en el propio zócalo.