Pobladores del municipio de Chicomuselo, en la sierra de Chiapas, marcharon en ese lugar para exigir "el cese de la minería tóxica y los proyectos de muerte, así como la clausura de la mina de Santa María y la cancelación de las concesiones mineras de la empresa Barita de Chiapas”.
Los organizadores informaron que la manifestación pacífica se realizó el jueves con la presencia de varios miles de habitantes que caminaron por las calles de la cabecera, para demandar "el fin de la violencia desatada por la delincuencia organizada que pretende imponer la minería en la región con el silencio cómplice de las autoridades".
En un comunicado agregaron que representantes ejidales y comunitarios "denunciaron que desde mediados de 2022 comenzó a operar de manera ilegal una mina extractora de barita en el ejido Santa María".
Señalaron que esa mina "tiene su antecedente en la concesión otorgada a la empresa canadiense Black Fire, que intentó asentarse en el ejido Grecia en 2009 y que detuvo sus operaciones después del asesinato del defensor del territorio, Mariano Abarca".
En 2017, abundó, "esta empresa hizo cambio en su título de concesión para llamarse ahora Barita de Chiapas y bajo este membrete operar en Santa María".
Según los organizadores, la empresa "se ha valido de la violencia que ejerce por su cuenta un grupo de la delincuencia organizada denominado Maíz, que ha recorrido las comunidades con armas largas para amedrentar a la población y advertirles que si se oponen a la minería les harán daño y de paso han comenzado el cobro de derecho de piso al comercio y al transporte en el municipio".
Expresaron que "es preocupante que la actividad minera se dé al amparo de la delincuencia organizada y en un contexto de militarización, siendo Chicomuselo la sede del 101 Batallón de Infantería del Ejército, lo que hace presumir que para imponer la minería se aplica una estrategia contrainsurgente".
Dijeron que "uno de los hechos más graves fue el secuestro, tortura e intento de asesinato en contra del defensor de la madre tierra y dirigente del Movimiento Social por la Tierra (MST), Isabel Recinos Trigueros, ocurrido en días pasados, para amedrentar esta movilización bajo amenaza de violencia contra la población si se manifestaba este 5 de enero, cuestión que fue rechazada con la masiva convocatoria de miles de mujeres y hombres a esta marcha ".
Aseguraron que "al final del mitin los voceros llamaron a la unidad de todo el pueblo, por encima de intereses políticos, económicos y religiosos, para velar por la paz y el bien común"