Key West. La Guardia Costera de Estados Unidos sacó el jueves a más de 300 migrantes cubanos de un parque nacional situado en islas apartadas de la costa de Florida, mientras el gobierno estadunidense buscaba hacer frente a la última oleada de personas que llegan en barco desde la isla comunista.
Las autoridades del Departamento de Seguridad Nacional informaron que la Guardia Costera trasladó a 337 inmigrantes desde el Parque Nacional Dry Tortugas en un viaje de 113 kilómetros hasta Key West, donde serán procesados.
Formaban parte de los más de 700 inmigrantes, en su mayoría cubanos, que llegaron a Florida en embarcaciones durante el fin de semana de Año Nuevo, lo que llevó a las autoridades de Florida a hacer un llamado al gobierno federal para que haga más por disuadir a los inmigrantes que llegan ilegalmente.
El jueves, el gobierno de Biden anunció una postura más dura contra los inmigrantes procedentes de Cuba, Haití, Nicaragua y Venezuela, al tiempo que ofreció una nueva vía para que los inmigrantes de esos países entren de manera legal.
El gobierno dijo que comenzaría inmediatamente a rechazar a los cubanos, haitianos y nicaragüenses que crucen ilegalmente la frontera sur de Estados Unidos, como ha hecho con los venezolanos.
Al mismo tiempo, aceptará cada mes a 30 mil personas de estas cuatro naciones que ingresen de forma legal, tengan patrocinadores que reúnan ciertos requisitos y aprueben los controles de antecedentes. No estaba claro el impacto que esto tendría en los inmigrantes que llegan a Florida.
Más de cuatro mil 400 cubanos y haitianos han llegado a Florida desde agosto, en un contexto de crisis política y económica cada vez más grave en ambos países. Cerca de ocho mil fueron detenidos en el mar y devueltos a sus países de origen, lo que equivale a unos 50 por día, comparados con los 17 por día que en promedio fueron detenidos en el año fiscal anterior y los dos por día durante el año fiscal 2020-2021.
Las autoridades dijeron que desde agosto han muerto al menos 65 migrantes intentando realizar la peligrosa travesía en botes casi siempre en mal as condiciones.
El contralmirante de la Guardia Costera Brendan McPherson dijo en un comunicado el miércoles que, a pesar del aumento, “la frontera marítima del sureste no está abierta”. Pidió a los cubano-estadunidenses y haitiano-estadunidenses “que disuadan a sus familiares en Cuba o Haití de emprender el peligroso y muy a menudo mortal, viaje.”