Ciudad de México. La junta de gobierno del Banco de México (BdeM) coincidió en que la inflación continuó disminuyendo durante noviembre pasado; sin embargo, aún sigue en niveles altos y con riesgos al alza, por lo que la política monetaria del instituto central debe ser firme y sin contemplaciones, por lo tanto, anticipó un nuevo incremento a la tasa de referencia en febrero próximo, aunque la magnitud dependerá de las circunstancias.
En la minuta de su última reunión de política monetaria, en la que el banco central incrementó de manera unánime su tasa interbancaria en medio punto porcentual para llevarla a 10.50 por ciento se destacó que durante 2021 y la mayor parte de 2022, a pesar del entorno incierto, no hubo duda de la necesidad de alcanzar una postura monetaria restrictiva.
Un miembro (el documento, que no identifica por nombre al integrante de la junta que hace el comentario) destacó que se adoptaron acciones más contundentes a las que históricamente había implementado el BdeM, haciendo énfasis en los últimos cuatro incrementos de tres cuartos de punto porcentual.
Añadió que con el incremento de medio punto porcentual se cambió la tendencia de los últimos aumentos de 0.75 puntos porcentuales, al tiempo que el mensaje que se manda es que al seguir incrementando la tasa se considera que el entorno sigue siendo complejo y que el banco central no será complaciente..
Opinó que un ajuste al alza de 50 puntos base en esta reunión sería una acción robusta, pues coloca al Instituto Central en una posición adecuada para ajustar el ritmo de los incrementos en la dirección que se requiera, ello considerando que cambios abruptos en la magnitud de los ajustes en la tasa de referencia, si bien en ocasiones son necesarios, tienen el potencial de generar volatilidad financiera.
Otro miembro opinó que la restricción alcanzada hasta el momento, justifica una reducción en el ritmo de apretamiento. Destacó que los pronósticos de inflación del Banco de México se ajustaron marginalmente, por lo que es de esperar que la inflación esté cerca de alcanzar su nivel máximo. Sin embargo, consideró que las presiones observadas que llevaron a la inflación a niveles máximos en más de dos décadas han sido más generalizadas y persistentes de lo previsto.
Indicó que, si bien la narrativa para explicar la dinámica de precios en México se ha enfocado en choques de precios provenientes del exterior, como los asociados a las disrupciones de las cadenas de suministro globales y el conflicto en Ucrania, también es preciso reconocer que las señales de presiones inflacionarias internas son cada vez más evidentes, principalmente del consumo.
Por estos motivos, agregó que el entorno complejo e incierto exige mantener una política monetaria cautelosa y firme, al tiempo que advirtió que se ha incrementado el riesgo de que la inflación en Estados Unidos disminuya más rápidamente que en México. Argumentó que ello podría implicar mayores incrementos de la tasa de referencia del Banco de México durante un periodo más prolongado del que se anticipa.
Otro miembro expresó que el menor ritmo de alzas no debe interpretarse como un relajamiento sino como la implementación de ajustes menos extremos y agresivos, pero aún firmes, ante retos significativos y señales mixtas de alivio y deterioro que deben ser incorporados cuidadosamente.
Voto disidente de Gerardo Esquivel
Según la minuta, de los cinco miembros de la junta de gobierno del BdeM el único que votó por un incremento de un cuarto de punto porcentual fue el ahora ex subgobernador Gerardo esquivel, quien argumentó que si bien en el contexto actual se requiere de una postura monetaria restrictiva.
Opinó que es necesario disminuir significativamente el ritmo de incrementos y considerar los riesgos para la actividad económica y la estabilidad financiera de un apretamiento monetario excesivo.
Advirtió que, en una economía emergente como México, la materialización de dichos riesgos podría repercutir en el proceso de formación de precios a través de un tipo de cambio más depreciado y de un deterioro de los fundamentos macroeconómicos y de la capacidad productiva.