Han transcurrido 29 años del levantamiento armado del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN). Difícil, compartir un recuento detallado de su caminar y sus aportes. Sólo anotaré algunas señales. En primer lugar, su adhesión al cese unilateral al fuego decretado, a 12 días del alzamiento, por el entonces presidente de la República Carlos Salinas de Gortari que le fue arrancado por la masiva movilización ciudadana en la Ciudad de México. Es mérito del EZLN haber resistido las numerosas provocaciones, como la del 9 de febrero de 1995, que fue prácticamente una declaración de guerra del entonces presidente Ernesto Zedillo y ante la cual de nueva cuenta el rechazo social, no sólo en México, derivó en la Ley para el Diálogo, la Conciliación y la Paz Digna en Chiapas, cuyo marco sirvió para sustentar la distensión y abrir un proceso de diálogo que generó en primera instancia los aún incumplidos acuerdos de San Andrés.
Justamente esos acuerdos son la expresión del gran pacto del EZLN con los pueblos indígenas en el país. La decisión del EZLN de invitarlos como asesores y partícipes en la mesa de negociación con el gobierno federal, además de ser la primera vez en la historia que ello sucedía, abrió una ruta de largo aliento que se expresó en la creación del Congreso Nacional Indígena en 1996. Este vínculo se ha mantenido y fortalecido más allá de las fronteras y hoy es uno de los pilares de la lucha por la vida con y entre los pueblos del mundo que se materializó en la travesía por la vida, primer capítulo en Europa.
Y en ello un paréntesis: pronto fue evidente que las demandas de los pueblos indígenas en lógica estructural, no folclórica y culturalista, como deseaba el Estado mexicano, entraña un cuestionamiento al sistema capitalista y que el mismo afecta a todos los pueblos del mundo. Así devino el carácter explícitamente anticapitalista del EZLN. Ese proceso se observa en las sucesivas declaraciones de la Selva Lacandona. En ese camino también se construyó un andamiaje organizativo y territorial desde sus primeros días con la recuperación de tierras, la creación de municipios autónomos y casi una década después los caracoles y las juntas de buen gobierno. Esta última etapa se dio ya en el contexto de la contrarreforma indígena de 2001, que marcó el parteaguas de la hoy indefinida suspensión del diálogo con la autoridad federal, pero también en la decisión de asumir como su ley los incumplidos acuerdos de San Andrés y en los hechos fincar su autonomía. Esta experiencia si bien tiene su asiento territorial en Chiapas, ha sido un ejemplo en el resto del país para organizar la lucha contra el despojo y el extractivismo campante . Y en todo ello, se ha mantenido la decisión irrestricta de rechazar relación con el gobierno vía fondos o becas de distinto tipo. Para sustentarla han puesto en práctica proyectos comunitarios y han tejido redes solidarias a escala internacional. La travesía bien se dijo es el acompañamiento, en este caso en Europa, a las organizaciones que allá enfrentan al capitalismo. Expresión de reciprocidad.
A lo largo de su tiempo, el EZLN ha mantenido expresiones políticas diversas y ha dado especial importancia a la fecha del aniversario el 1º de enero. Por diversas causas los más recientes han variado sus formas y mensajes. El de 2019 fue muy fuerte porque ahí en voz del subcomandante Moisés se expresó una postura crítica al gobierno de la llamada 4T, a los megaproyectos como el del Tren Maya que ya se había anunciado y en general a la política que se perfiló en relación con los pueblos indígenas. Postura similar ha seguido el Congreso Nacional Indígena. En 2020 se anunció la lucha por la vida y hasta ahora no se ha realizado como antaño un acto político central. Sin embargo, es importante leer las claves zapatistas. Este 1º de enero de 2023, iniciando el 31 de diciembre de 2022 se organizaron reuniones masivas en cada caracol zapatista, en general fueron cerradas sin acceso a prensa. Un primer mensaje importante fue mostrar aquí estamos, aquí seguimos
, en un contexto de amenazas y agresiones constantes agudizado justo en tiempos del gobierno estatal y federal actual, que ha sido tema de denuncias, pero la más fuerte fue el comunicado denominado Chiapas al borde de una guerra civil
. Otro de los mensajes políticos de los eventos de celebración fue el de dirigirse a las nuevas generaciones, a la importancia de los jóvenes zapatistas (Chiapas Paralelo, sobre el caracol Jacinto Canek Cideci, Angeles Mariscal 1/1/23). Por otra parte, no han faltado las referencias a los informes Guacamaya sobre el EZLN, donde, entre muchos factores, reconocen que el EZLN se ha mantenido en la vía política, por lo cual no consideran riesgo de seguridad nacional ( Contralínea, 2/1/23, uno de Zósimo Camacho y otro de Urbano Barrera). ¿El EZLN no lo es y la oposición al Tren Maya sí?