El presidente Andrés Manuel López Obrador aseveró que ya se prepara “psicológicamente” para su jubilación una vez que deje la Presidencia de la República.

“Imagínense, ¡cuántos años en actividad! Me estoy preparando psicológicamente para la jubilación. Entonces, tiene que ser ejercicio, lectura, escritura, ya me estoy preparando para eso; pero nada de política, nada de redes (sociales), nada de participación en congresos, ni en mítines ni hablar de política, ni con mis hijos”.

Durante mañanera de este miércoles, afirmó que ya no quiere asumir compromisos con proyectos que ya no le darían tiempo de concluir, pues le quedan menos de dos años en el cargo.

Por el contrario, detalló, antes de cerrar su ciclo en la Presidencia hablará con quien sea triunfador en la elección para relevarlo y mencionar los pendientes.

“Prefiero cuando yo hable con quien me va a sustituir, hombre o mujer, decirle: ‘Mira, esto es lo que no pude avanzar y hace falta y éste es mi punto de vista’. Con todo respeto, porque yo entregando la banda (presidencial) me jubilo, y jubilar es sinónimo para mí de desaparecer, es decir, no vuelvo a la actividad política, ya estoy cerrando un ciclo, estoy buscándole el nombre a mi último libro de política, porque sí voy a seguir escribiendo, porque si no, no podría yo vivir”.

El mandatario federal dijo que recibirá a aquel que se lo pida en su quinta de Palenque, Chiapas. “¿Quieren hablar conmigo, visitarme? Ahí voy a estar en Palenque y platicamos. Casi voy a poner ahí en la entrada, en la puerta: ‘No se habla de política’. Pero ya estoy preparando... no preparado, pensando en cómo va a ser mi último libro de política, ya hasta estoy pensando en el nombre, va a ser como: El final del viaje político o El final de la odisea, algo así”.

En ese libro, con el que pretende cerrar sus reflexiones tras su paso por el cargo presidencial, aseguró, expondrá puntos y recomendaciones hacia adelante para el país.

“Una de las cosas que yo recomiendo a los que van a gobernar o ya gobiernan es que se concentren en pocas cosas, pero mejores, para decirlo coloquialmente el que mucho abarca poco aprieta. En la administración pública, en la política, hay que priorizar, hay que decir: ‘Son mil demandas o problemas, ¿cuáles son los fundamentales a enfrentar?’ Saber seleccionar.

“Por ejemplo, para nosotros fue un éxito, creo que el éxito mayor, el haber identificado que el principal problema de México era la corrupción, irnos sobre eso, porque eso no sólo fortalece en lo moral al gobierno, sino permite liberar muchos fondos al desarrollo, que se iban por el caño de la corrupción. Eso fue clave porque si hay corrupción pues no alcanza el presupuesto, si se lo roban, o una obra cuesta diez veces más que lo que en realidad cuesta construirla”.

Desde su perspectiva, su administración ha priorizado, y otra de esas prioridades, dijo, fue la masificación de los programas sociales. “En vez de tener 20, 30, 50, 100 programas experimentales, que sí funcionan bien, pero a nivel experimental o con muy poco alcance, un gobierno no es una universidad, no es un centro de investigación. En una universidad sí son fundamentales los laboratorios, lo experimental, el tener testigos en todos los proyectos de investigación, la ciencia aplicada; (pero) en el gobierno no. Sí, hay que tener elementos, conocimiento, profesionalismo, pero procurar ayudar a todos”.