El uso excesivo de plaguicidas es motivo de preocupación en México, destacó Stefan Hipp, director global de la empresa alemana Hipp, quien advirtió que se han encontrado altos niveles de contaminantes tóxicos (por ejemplo, metales pesados, plaguicidas) en el suelo, agua, plantas y animales comestibles, los cuales se ha identificado que tienen efectos adversos en la salud humana, especialmente en los niños.
En un comunicado, la compañía destacó que precisamente, un número creciente de estudios demuestran que los bebés son más vulnerables a los efectos tóxicos de los pesticidas que los adultos.
“Cuando se expone al bebé, el hígado y los riñones inmaduros no pueden eliminar los plaguicidas del cuerpo como los de un adulto”, advirtió.
Adicionalmente, apuntó, la primera infancia es la etapa más importante en el desarrollo de la función cerebral y del desarrollo de los órganos para toda la vida. Sin embargo, si el proceso de desarrollo se detiene o se inhibe, hay pocas posibilidades de reparación. Por lo tanto, la comida de un bebé debe ser la más pura, de la mejor calidad y lo más nutritiva posible.
Lo anterior se da en un contexto en el que el gobierno mexicano tiene el propósito de prohibir el uso del glifosato como sustancia química en los cultivos debido al daño que causa en los seres humanos; sin embargo, la medida se ha visto detenida por la falta de alternativas. En este sentido, también se busca la prohibición de importar maíz transgénico desde 2025, pero Estados Unidos no está conforme con esta medida.
En este sentido, la empresa con más de 120 años de historia y que opera en 60 países resaltó la importancia de impulsar la producción de productos 100 por ciento orgánicos.
El término orgánico, explicó, indica una forma de cultivar que está en armonía con la naturaleza y que es sustentable. Lamentablemente, apuntó, esta manera de producir únicamente representa el 2 por ciento de las tierras de cultivo del mundo.
A manera de ejemplo, destacó que las vacas que usa Hipp para elaborar sus fórmulas lácteas infantiles se alimentan con una importante diversidad de pastos orgánicos que no han sido expuestos a pesticidas y herbicidas químicos, viven sueltas en los prados, tienen amplias zonas de movilidad y no son sujetas a hormonas para aumentar su producción, por lo cual, dichos cuidados y buena alimentación producen una leche con propiedades únicas.
En lo que se refiere específicamente a México, Hipp destacó que busca ofrecer a la población infantil mexicana los mejores y más completos alimentos naturales para su adecuado crecimiento. “Este es el motivo por el cual, todos los productos siempre han sido y serán orgánicos, libres de azúcares añadidos, sabores y colorantes artificiales, transgénicos, hormonas y pesticidas”.