Matamiris, Tamps. Una muy fría Navidad pasaron 500 migrantes que se negaron al traslado a refugios en Matamoros y durmieron en las márgenes del Río Bravo sin importar las bajas temperaturas que ocasionó el frente frío número 19 a la región.
Diego Asunción, originario de Venezuela, junto a su casa de campaña cubierta con plásticos, puso un viejo pino de navidad que se encontró en la basura y con otros extranjeros pasó la nochebuena y primeras de la Navidad escuchando música en una bocina.
“Si no fuimos al albergue es porque no traemos niños, pero la mayoría se fue porque son familia y lo entendemos, yo me quede porque iba a volver y no tener casa, o se la le va a el aire o se la llevaban alguien”.
Desde el viernes cuando unos 2 mil migrantes salieron en camiones del bordo del Río Bravo, disminuyó la aglomeración en el campamento, ya que la mayoría de los extranjeros se concentró en refugios temporales habilitados en Alberca Eduardo Chávez y Auditorio Mundo Nuevo que se reportaron al tope de su capacidad.
Con menos personas, fueron escasos los apoyos que llegaron al campamento, grupos de voluntarios se acercaron con cobijas, pan de dulce y café, también algunos juguetes para los pocos niños que a unos 150 metros del Puente Nuevo Internacional.
Unos mil 500 migrantes saturaron el auditorio Mundo Nuevo donde recibieron alimentos y atención médica por parte del gobierno municipal, pero también dulce y juguetes a los pequeños que desde corporaciones como la policía Estatal o agrupaciones religiosas les llevaron antes de la Nochebuena.