El presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) señaló que en la reunión cumbre a realizarse en la Ciudad de México en la segunda semana de enero con los presidentes Joe Biden y el premier canadiense, Justin Trudeau, presentará su propuesta de una alianza continental como una medida para frenar el crecimiento de los flujos migratorios
, en la idea de que “si hay oportunidades de trabajo, si hay bienestar en los países de América Latina el Caribe hay posibilidad de ordenar el flujo migratorio… y permitiría el desarrollo regional con un esquema similar a la Alianza para el Progreso” ( La Jornada, 15 de diciembre).
AMLO tiene una idea clara al afirmar que para frenar esos flujos migratorios forzados hay que atacar las causas que los promueven. Entre ellas, condiciones dignas de vida trastocadas, carencias de programas sociales como en educación, salud, transporte, inseguridad, pobreza, empleos precarios, condiciones que los gobiernos están obligados a proporcionar. Aquí, por supuesto, muchas preguntas surgen: ¿por qué esos gobiernos faltan a sus responsabilidades? Hay una situación que podemos constatar y es que las migraciones forzadas de los años actuales provienen de países subdesarrollados, prácticamente ninguno de estos desplazamientos tiene origen en algún país desarrollado. Hecho histórico que nos da una primera pista para comprender que algo tiene que ver el hecho de que el mundo actual se sigue sosteniendo en asimetrías flagrantes entre el norte el sur globales.
Es una realidad que el sistema se ha desarrollado en forma muy desigual desde la Revolución Industrial y tal disociación se ha agudizado y acelerado hasta nuestros días con una economía mundial que se sigue manteniendo en básicamente dos grandes grupos de países: desarrollados y subdesarrollados articulados bajo el signo de la desigualdad económica. En esta articulación se conectan los intereses de los grupos dominantes de países desarrollados y las élites de las sociedades subdesarrolladas. Romper esta estructura tan lesiva pasa, de acuerdo con Theotonio dos Santos, no por aislar al país de las influencias externas, sino de cambiar las estructuras internas, lo que inevitable y simultáneamente conduce al enfrentamiento con las estructuras internacionales
.
Por eso la propuesta de AMLO de buscar la integración continental para frenar la migración internacional es un error, ya que justamente lo que promueve la migración forzada es estar articulados a las estructuras que consolidaron la dependencia, tales como el Tratado de Libre Comercio de América del Norte, ahora T-MEC, que simplemente hace casi imposible transformar nuestras condiciones de subordinación. Algunos ejemplos de estas dificultades. Ante la decisión del gobierno mexicano para eliminar el maíz transgénico y el glifosato, lo que le viene al país son penalizaciones. Si el gobierno busca autosuficiencia energética se presentan los funcionarios del país vecino en Palacio Nacional presionando para evitarlo y en los foros americanos presididos por el país vecino, Estados Unidos se reserva el derecho de admisión. ¿Contra quiénes? Contra aquellos países que la potencia considera que no son democráticos
, es decir, no siguen su modelo.
Por otro lado, hay que recordar que la Alianza para el Progreso de los años 60 del siglo pasado, misma que el Presidente plantea como modelo para la integración continental, fue un fracaso y duró 10 años, porque su principal objetivo fue combatir el comunismo en el hemisferio occidental, particularmente en Latinoamérica
, objetivo que, como se ha podido constatar sigue igual de candente que en el siglo pasado.
Las condiciones actuales de América Latina dan esperanza para una integración simétrica, sin subordinación y con posibilidades de discutir nuevas propuestas para los graves problemas de la región, nuevo modelo de desarrollo que permita generar bienestar para las poblaciones en su conjunto y cuyo corolario sería el libre movimiento de las personas.