Chimalhuacán, Mex. El cadáver de Ana María la mujer que murió quemada, junto con cinco de sus mascotas, al incendiarse su precaria vivienda, podría ir a la fosa común, porque Antonio el hombre de la tercera edad quien reclama el cuerpo a las autoridades, no es su padre biológico.
Colectivos de lucha contra el feminicidio como Justicia para Diana y Nos Queremos Vivas Neza, exigieron, por segundo día consecutivo, que la Fiscalía General de Justicia (FGJEM) entregue el cuerpo para darle una digna sepultura; además pidieron castigo para los feminicidas y la reparación del daño.
Elsa Arista de Nos Queremos Vivas Neza, aseguró que el feminicidio de la mujer de 40 años quien era discapacitada, “deja al descubierto la situación que muchas mujeres vivimos en la periferia.
“Pero, sobre todo, mujeres en extrema pobreza en lugares prácticamente abandonados donde impera la violencia”, como ocurre en los márgenes del Rio La Compañía, en los límites de los municipios de Nezahualcóyotl y Chimalhuacán.
“Cuando el papá de Ana María buscaba justicia, lo discriminaron, por su condición de clase. Por ser pepenador, diciéndole (en la FGJEM) que no le darían el cuerpo de su hija, que se iría a la fosa común”.
Los tipos que asesinaron a Ana María el día 14, también le prendieron fuego a su precaria vivienda y todo documento fue consumido por las llamas.
Al respecto Laura Velázquez Florencio integrante del movimiento Justicia para Diana, aseguró que no hay manera de hacer la prueba de ADN, porque don Antonio era padrastro de la víctima.
“Antonio se hizo cargo de Ana María desde que era niña, fue su decisión hacerlo desde entonces, así que para ella, él era su padre y para Antonio, Ana María era su hija, la fiscalía debe sensibilizarse y considerar a Antonio como otra víctima de lo que ocurrió porque él veía por ella desde hace muchos años”.
El señor Antonio recicla la basura y de ello vive, su condición socioeconómica y avanzada su edad, no le permiten defenderse y exigir justicia ante la FGJEM; es por ello que los colectivos de lucha contra el feminicidio lo acuerparon y ahora son quienes acuden a la FGJEM, para exigir la entrega del cuerpo.
De acuerdo a los testimonios, dos adictos participaron en el feminicidio y la quema de la precaria casa que habitan Antonio y Ana María.
Uno de los feminicidas escapó y El Quico, fue detenido y golpeado por los pobladores. Este sujeto se dedicaba a asolar a los vecinos que viven a las orillas del canal de aguas negras.
Los colectivos, pidieron reparación del daño, porque ahora Antonio vive en la calle, luego de las llamas consumiera en su totalidad su hogar.