Ciudad de México. Los veneros que habitan el cráter del volcán Chichonal, en el noroeste de Chiapas, poseen una cualidad mineral, una vida y una voluntad, expresadas en los riachuelos grisáceos de caprichosas sinuosidades que lo recorren, en las ocres natas en ebullición que le cubren o en las humeantes lagunas verdosas o azuladas, con frecuencia envueltos por espesas neblinas, profusas lluvias repentinas y bajas nubosidades que esconden un Sol muy potente.
Una existencia que los liga atávicamente a las comunidades zoques que poblaban los alrededores del volcán hasta la devastadora erupción ocurrida el 28 de marzo de 1982, que arrasó con los poblados de la zona y forzó a los sobrevivientes a reubicarse en otros ejidos, distintos al de su tierra natal donde acostumbran enterrar los ombligos de los recién nacidos.
Fue en 2014 cuando la artista y cineasta Tania Ximena visitó –gracias a su afición al montañismo–, por primera vez y brevemente el volcán Chichonal desde el punto de vista científico, pues acudió a invitación de la vulcanóloga Mariana Patricia Jácome Paz, como parte de una expedición expertos y lo que encontró le pareció fascinante.
Para mí, era increíble que no se supiera en México que fue el desastre más grande del siglo XX en el mundo, geológicamente hablando, y tuvo repercusiones sociales devastadoras. El fenómeno fue enorme, hubo muchas comunidades que quedaron devastadas. Esquipulas Guayabal, que fue donde trabajamos, es sólo una de tantas y hay muchas historias
, explicó Tania Ximena, licenciada en artes visuales por la Escuela Nacional de Pintura Escultura y Grabado, La Esmeralda.
Una serie de casualidades la pusieron en contacto con la comunidad de sobrevivientes de Esquipulas Guayabal, ahora asentados en el ejido de Nuevo Guayabal. Román Díaz Gómez, uno de los líderes, la condujo al antiguo poblado, un potrero completamente llano, pero que permanecía en su memoria, ya que era su origen y siempre regresará a esa tierra que está arraigada en él.
En esa primera visita, se enteraron de la intención de los sobrevivientes de realizar trabajos de excavación y desenterrar el pueblo, luego de un primer esfuerzo por recuperar la campana de la vieja iglesia, la cual habían hecho y que se había extraviado.
Acción comunitaria fascinante
“Veíamos este acto como un gran performance de memoria, una gran acción comunitaria que me parecía fascinante. La posibilidad no sólo de verlo, sino de filmarlo, me parecía algo inigualable y si a partir de nuestra presencia era algo que podía hacerse, no había manera de negarnos, es la parte esencial del guion, aunque no sabíamos qué era lo que iba a pasar”, agregó la realizadora y artista multidisciplinaria.
Así, junto con el fotógrafo, artista y realizador Yollotl Gómez Alvarado, emprendió el proyecto de dirigir un documental sobre este empeño comunitario que contó con asesoría del arqueólogo León Contreras Román, miembro del Instituto Nacional de Antropología e Historia.
El resultado es Pobo Tzu (Noche blanca, México, 2021), documental que aborda, en distintos niveles, tanto la tragedia de la erupción ocurrida hace cuatro décadas –con material de archivo que muestra el yermo cubierto de ceniza–, como los sueños, la cosmogonía y la relación estrecha del pueblo zoque con el volcán al que está ligado, así como los trabajos de excavación para rescatar las ruinas sepultadas, la violencia y desplazamientos que, incluso en la actualidad, viven a los pobladores.
Aparece también Trinidad Díaz Arias, poeta zoque, al que Tania y Yóllotl le editaron e ilustraron el poemario bilingüe Aquí es mi corazón (Ø Ediciones, 2016). El principal interés del autor es transmitir la cosmogonía de su pueblo, consciente de que está en riesgo de desaparecer, además de las revelaciones que doña Fulgencia Domínguez Martínez tiene en sus sueños.
La producción, de Piano y Calouma, ganadora del Premio LCI Seguros en el 12 Festival Internacional de Cine UNAM, del Gran Premio en Zanate y del Caleidoscope en el Doc-NYC, continúa en cartelera; hoy tendrá una función abierta al público en el cine Lido, en avenida Tamaulipas 202, colonia Condesa, a las 16:30 horas, seguida de un conversatorio con miembros de la Red Mexicana de Periodistas de Ciencia.
Más información, en la página electrónica www.pobotzu.com.