Berlín. Tras ocho meses en una prisión británica donde cumplía condena por delitos financieros, el controvertido ex número uno del tenis mundial Boris Becker fue liberado este jueves y viajó de inmediato a Alemania.
"Nuestro cliente Boris Becker fue liberado de su detención en Inglaterra y dejó el país hoy (jueves) para Alemania", anunció el abogado de la leyenda alemana de tenis.
Becker, de 55 años, "purgó su pena y no es objeto de ninguna restricción penal en Alemania", precisó Christian-Oliver Moser.
Moser rechazó de antemano, "por razones de protección de la vida privada", cualquier pregunta "sobre su lugar de estadía".
El ex campeón habría llegado a Múnich este jueves en la tarde a bordo de un avión Cessna de la compañía de jets privados "Air Hamburg", según el semanario Der Spiegel.
El avión habría sido fletado, según medios de prensa británicos, por una empresa audiovisual, cuyo nombre no fue hecho público, que habría pagado una suma generosa para que contara su historia.
La plateforma Apple TV difundirá próximamente un documental en el que el ex campeón hace declaraciones, pero habría otras entrevistas con otros medios de prensa.
Según la agencia de noticias británica Press Association (PA), que no citó fuentes, Becker, ganador de seis títulos de Grand Slam, salió por la mañana de la cárcel de Huntercombe, unos 60 kilómetros al oeste de Londres.
Su madre, Elvira Becker, de 87 años, calificó de "mejor regalo de Navidad" el esperado retorno de su hijo al país, informó el diario británico The Sun.
Becker, que residía en el Reino Unido desde 2012, fue condenado el 29 de abril por la justicia británica por ocultar o transferir ilegalmente cientos de miles de dólares para evitar el pago de sus deudas tras declararse en bancarrota.
El que fuera la gran estrella del tenis alemán, cuya carrera profesional duró entre 1984 y 1999, fue sentenciado a dos años y medio de prisión tras ser declarado culpable de haber ocultado unos 2.5 millones de libras (3 millones de dólares).
Declarado en bancarrota en 2017, tras realizar una serie de malos negocios, las deudas de la ex superestrella, ganador más joven del torneo inglés de Wimbledon con 17 años, se estimaban en hasta 50 millones de libras (59 millones de euros).
Durante el juicio, la fiscalía afirmó que Becker cobró 1.13 millones de euros (1.22 millones de dólares) de la venta de un concesionario de automóviles Mercedes que poseía en Alemania, los cuales ingresó en una cuenta bancaria profesional que utilizaba como su "hucha" personal con la que pagaba compras de lujo y gastos de escolarización de sus hijos.
"La condena a Boris Becker muestra claramente que la ocultación de activos en el marco de una bancarrota es una infracción grave, ante la cual perseguimos a los que la cometen", subrayó el director general de Insolvency Service, la agencia gubernamental británica encargada de administrar las bancarrotas.
Problemas judiciales pasados
Hace 20 años, Becker ya había sido condenado en Alemania a una pena de prisión, cuya aplicación quedó en suspenso, por problemas con el fisco.
La jueza británica Deborah Taylor reprochó al ex tenista no haber tenido en cuenta el aviso que debería haber supuesto para él esa primera condena.
Su abogado Jonathan Laidlaw consideró entonces que Becker "no podrá encontrar trabajo y tendrá que contar con la caridad de otras personas para sobrevivir".
El tenista, que negaba todas las acusaciones en su contra, fue absuelto de otros 20 cargos, incluidos los que se referían a la desaparición de sus trofeos. Durante la audiencia afirmó que no sabía dónde se encontraban.
El alemán aseguró durante el juicio que tenía todavía en su posesión "muchas" de sus recompensas deportivas, pero que algunas habían desaparecido.
Vendió ya en una subasta una parte de sus trofeos por 700 mil libras. Según explicó el propio ex tenista, la bancarrota y su tratamiento en los medios dañaron la "marca Becker".
En el pasado, tuvo también problemas con la justicia española por deudas impagadas referentes a unas obras en su casa de Mallorca y también con la justicia suiza por no haber pagado al pastor que le casó en 2009.
En 2002, la justicia alemana le condenó a dos años de prisión, cuyo cumplimiento quedó en suspenso, y a una multa de 500 mil euros por 1.7 millones de euros de retrasos en el pago de sus impuestos.