París. Irán ejecutó públicamente el lunes a un segundo condenado por su participación en las protestas que sacuden el país desde septiembre y a pesar de la indignación internacional por aplicar la pena capital a los implicados en las manifestaciones.
Majidreza Rahnavard fue condenado a muerte por un tribunal de la ciudad de Mashhad (noreste) por matar a dos miembros de las fuerzas de seguridad y herir a cuatro personas.
Fue ahorcado en público y no dentro de la prisión, informó Mizan Online, la agencia de información de la judicatura.
Se trata de la segunda ejecución relacionada con las protestas, tras el ahorcamiento el jueves de Mohsen Shekari, un joven de 23 años condenado por atacar y herir a un paramilitar.
Mizan Online también publicó imágenes de la ejecución de Rahnavard, registradas probablemente antes de la madrugada, en las que se ve a un hombre con las manos atadas a la espalda colgando de una cuerda atada a una grúa.
"La ejecución pública de un joven manifestante, 23 días después de su detención, es otro grave crimen cometido por los gobernantes de la República Islámica y una escalada significativa en el nivel de violencia contra los manifestantes", declaró a AFP Mahmood Amiry-Moghaddam, director de la oenegé Iran Human Rights (IHR), con sede en Noruega.
"Majidreza Rahnavard fue condenado a muerte sobre la base de una confesión coaccionada, tras un proceso manifiestamente injusto y un juicio espectáculo", añadió.
La ejecución del lunes es la primera en público en el contexto de las protestas desencadenadas por la muerte el 16 de septiembre de Mahsa Amini, una joven kurda iraní de 22 años que murió tras ser detenida por la policía de la moral por infringir el estricto código de vestimenta.
"Juicios ficticios"
Desde su creación en 1979, la República Islámica de Irán se ha visto sacudida por varias olas de protesta pero esta crisis no tiene precedentes por su duración, por el hecho de que ocurre en varias provincias, implica diferentes grupos étnicos y clases sociales e incluye los llamamientos directos al fin del régimen.
El poder judicial iraní dijo haber dictado hasta ahora once condenas a muerte en relación con las protestas, calificadas por las autoridades de "disturbios".
Pero los activistas afirman que otra docena de personas se enfrentan a cargos que conllevan la pena capital.
"Sin debido proceso. Juicios ficticios. Así es como quieren detener las protestas en todo el país", dijo Omid Memarian, analista sobre Irán de la organización Democracy for the Arab World Now (DAWIN).
Rahnavard fue detenido el 19 de noviembre cuando intentaba huir del país, según Mizan. Según datos no verificados tendría 23 años.
Según informaciones publicadas antes de su ejecución, Rahnavard era un joven aficionado al "fitness" y luchador amateur.
El medio en línea 1500tasvir declaró que la familia no fue informada de la ejecución hasta después de ser llevada a cabo. La web publicó imágenes de un último encuentro con su madre, que se fue sin saber que su hijo estaba a punto de ser ahorcado.
Múltiples ONG advirtieron el domingo de que varios iraníes condenados a muerte podían ser ejecutados de forma inminente, entre ellos Mahan Sadrat y Sahand Nourmohammadzadeh.