Una fuga en el oleoducto Keystone, que derramó unos 2.2 millones de litros de crudo en un curso de agua en Kansas, Estados Unidos, estaba en vías de ser controlada el viernes, según las autoridades estadounidenses.
De confirmarse la estimación de la magnitud del vertido, será la mayor fuga de petróleo en Estados Unidos desde 2013, según la asociación Pipeline Safety Trust, que promueve la seguridad de los oleoductos.
La empresa canadiense TC Energy, que opera la infraestructura, detectó el incidente la noche del miércoles e inmediatamente suspendió el flujo de hidrocarburos en el oleoducto.
"El tramo afectado permanece aislado" y el derrame de petróleo aguas abajo "está contenido", dijo la compañía en un mensaje el viernes.
La causa de la ruptura del oleoducto no fue identificada de inmediato.
"Estamos monitoreando e investigando", dijo el secretario de Transporte de Estados Unidos, Pete Buttigieg, en un tuit.
La agencia a cargo de la seguridad de los oleoductos, PHMSA, instó a la compañía el jueves a tomar "todas las medidas necesarias para proteger al público, los bienes y el medio ambiente de los peligros potenciales" relacionados con la fuga.
Según la Agencia de Protección Ambiental, TC Energy levantó una barrera de tierra de unos 6 kilómetros aguas abajo del incidente "para evitar cualquier vertido adicional".
El grupo también movilizó camiones y equipos especiales destinados a retirar el crudo derramado en el arroyo de Mill Creek.