El presidente Andrés Manuel López Obrador descartó que sus posiciones y políticas de gobierno polaricen a la sociedad mexicana, por el contrario, argumentó, lo que hace es politizar.
En su conferencia de esta mañana, se preguntó al mandatario sobre la marcha de apoyo a su administración del pasado 27 de noviembre y del legado que tendrá al que definió como humanismo mexicano, ante lo que argumentó que la esencia de éste es regresar a los postulados de personajes históricos como Miguel Hidalgo, José María Morelos, Benito Juárez, Francisco I. Madero, Emiliano Zapata, Francisco Villa y Lázaro Cárdenas.
“¿Cuál es nuestra aportación? Ellos (los opositores) dicen que polarizamos, no, no, politizamos. Es decir fuera máscaras, ustedes están a favor de las élites, nosotros estamos a favor del pueblo y somos distintos”.
Encarrilado en una larga alocución histórica sobre los ideales de los personajes que reconoce como sus referentes, el mandatario externó que los pobres son leales, los potentados no.
“Ustedes tienen sus razones y las expresan o las esconden pero de verdad no les cae bien el pueblo, no le tienen amor al pueblo, desprecian al pueblo y son racistas y clasistas. Porque se sienten superiores, ya sea por el color de la piel, porque hablan inglés o porque tienen títulos académicos de nivel de maestría, de doctorado, posdoctorado o porque tienen más recursos económicos, y un pensamiento por el cual desde que el mundo es mundo pues hay gente afortunada y hay gente que haga lo que haga no va a poder salir adelante”.
El jefe del Ejecutivo federal diferenció los rasgos entre las dos recientes movilizaciones, la que convocaron a quienes llama “conservadores” bajo el argumento de defensa del Instituto Federal Electoral, y la que llamó él para celebrar los cuatro años de su gobierno.
“¿Qué pasó ahora en la marcha y qué estamos viviendo? Pues un momento de definiciones, porque ese mismo pensamiento conservador se mantuvo, pero con una alta dosis de simulación, de hipocresía, entonces, se hablaba de democracia, y se impulsaba la democracia siempre y cuando los beneficios de esa supuesta democracia se dirigieran a las minorías”.
Pero esa democracia que defienden “los conservadores”, enfatizó, es “muy peculiar, siempre digo es un sistema de gobierno donde todos los intereses cuentan menos los intereses del pueblo”.
El presidente remarcó que el movimiento que encabeza no busca cambios por la vía armada, sino que se trata de una transformación por la vía pacífica en la que se privilegia la atención a los sectores más vulnerables y pobres.
“Cuando llegamos nosotros, decimos: esta es una transformación, no una lucha armada, pero sí revolución de las consciencias, se va atender a todos, se va escuchar a todos, pero se va dar preferencia a los pobres, que son mayoría, por humanismo, porque nos conviene a todos y también porque los pobres son leales, los potentados no”.
Estimó que el pueblo ve por el beneficio colectivo, a diferencia de clases privilegiadas que colaboran entre sí por su conveniencia particular. “¿Quién defiende un proceso de transformación en beneficio del pueblo? El pueblo, sólo el pueblo puede salvar al pueblo. Lo de arriba tiene que ver con la conveniencia: ‘Te ayudo, te apoyo, si saco provecho’”.
Y bajo esos preceptos se mueven quienes están en contra de su gobierno, y reconoció que son millones de ciudadanos en el país que sostienen la idea “que el que nace pobre está condenado a morir pobre; y nosotros no aceptamos eso”.