Santiago. Admitiendo de facto la escasísima posibilidad de arrancarle concesiones a la derecha, el presidente chileno Gabriel Boric cedió la mañana del miércoles en lo que hasta escasas horas previas defendía como un principio irreductible, y aceptó que la hipotética nueva convención constitucional pueda tener delegados no electos, sino designados por cuotas políticas.
"Tengo la convicción de que es preferible un acuerdo imperfecto que no tener acuerdo", dijo, durante un acto en la sede del gobierno, al promulgar la ley de Presupuestos de 2023.
"No podemos seguir dilatando más la discusión constituyente. Nuestros ciudadanos requieren certezas y la negociación constitucional está extendiéndose más de la cuenta", afirmó, por lo cual "quiero pedir un esfuerzo, me consta que los ha habido por parte de los diferentes actores: por sentido de responsabilidad, para tener un nuevo pacto social, para todos quienes hicieron campaña pidiendo una nueva Constitución, les digo: no podemos seguir esperando".
"Nosotros hemos defendido con mucha fuerza el principio democrático y entendemos que para la oposición es importante tener una Convención mixta, en donde existan expertos designados por el Congreso. No es lo que a nosotros como alianza de Gobierno nos gustaría y hemos defendido hasta el final la importancia de un órgano 100% electo", recordó.
Las palabras de Boric llegaron luego que el martes el oficialismo y la oposición agotaron 13 horas continuas de negociaciones sin llegar a consensos respecto del órgano constitucional: la derecha pretende uno reducido de unos 50 miembros, la mitad de los cuales designados, con expertos que sean incumbentes; frente a los 100 todos electos que plantea la centroizquierda, con paridad de género y representación para pueblos originarios, dos cuestiones en las que la derecha no es clara, más bien contraria.
Las fechas y plazos para su elección siguen siendo también piedras de tope.
Rendición y en manos de la derecha
Mauricio Morales, analista político y académico de la Universidad de Talca, consideró que el cambio de posición del mandatario chileno "es una rendición política e ideológica".
"El Presidente entiende que es imposible continuar con la defensa a ultranza de una receta fracasada como la Convención Constitucional 100 por ciento electa. Pero también refleja un cierto grado de realismo. El proceso constitucional hoy depende de la derecha"; explicó.
Consideró que "lo único que le queda a la izquierda es aceptar esas reglas a cambio de tener una nueva Constitución. Es una fórmula que refleja la posibilidad de hacer cambios en la medida de lo posible. Y lo posible es una Convención Mixta".
Adicionalmente, vaticinó que el problema para el Presidente será la interna de su coalición.
"No será fácil que el Partico Comunista u otros partidos de Apruebo Dignidad firmen ese acuerdo, pues implicaría claudicar y casi ponerse de rodillas ante la derecha. Pueden alcanzar el objetivo final de tener una nueva Constitución, pero a cambio deberán someterse a las reglas de la derecha. Ese es el dilema en Apruebo Dignidad", comentó.