Washington. El nuevo bombardero nuclear furtivo de Estados Unidos debutó el viernes tras años de desarrollo en secreto y como parte de la respuesta del Pentágono a la creciente preocupación por un futuro conflicto con China.
El B-21 Raider es el primer nuevo bombardero estadunidense en más de 30 años. Casi todos los aspectos del programa son confidenciales.
Al caer la tarde sobre la Planta 42 de la Fuerza Aérea en Palmdale, el público pudo ver por primera vez el Raider en una ceremonia muy controlada. Comenzó con un sobrevuelo de los tres bombarderos aún en servicio: el B-52 Stratofortress, el B-1 Lancer y el B-2 Spirit. A continuación, las puertas del hangar se abrieron lentamente y el B-21 fue remolcado parcialmente fuera del edificio.
El bombardero es parte de los esfuerzos del Pentágono para modernizar las tres ramas de su tríada nuclear, que incluye misiles balísticos nucleares lanzados desde silos y ojivas lanzadas desde submarinos, a medida que migra de las campañas antiterroristas de las últimas décadas a la rápida modernización militar de China.
China se enfila a tener mil 500 armas nucleares para 2035, y sus logros en armas hipersónicas, guerra cibernética, capacidades espaciales y otras áreas presentan “el desafío sistémico más importante para la seguridad nacional de Estados Unidos y el sistema internacional libre y abierto”, informó esta semana el Pentágono en su reporte anual sobre China.
“Necesitábamos un nuevo bombardero para el siglo XXI que nos permitiera enfrentar amenazas mucho más complicadas, como las amenazas que tememos enfrentar algún día de China o Rusia”, declaró Deborah Lee James, secretaria de la Fuerza Aérea cuando el contrato del Raider se anunció en 2015.
Aunque el Raider puede parecerse por fuera al B-2, por dentro las similitudes desaparecen, aseguró Kathy Warden, directora ejecutiva de Northrop Grumman Corp., que construye el Raider.
“La forma en que opera internamente es extremadamente avanzada en comparación con el B-2, porque la tecnología ha evolucionado mucho en términos de la capacidad informática que ahora podemos incorporar en el software del B-21”, añadió Warden.