Ciudad de México. "¡Ko'one'ex Mexico!" (¡vamos México!), alentó Adolfo en maya durante una transmisión radial en lenguas indígenas del partido entre el Tri y Polonia, disputado este martes en Qatar, una apuesta para poner la pelota en el campo de la unidad.
Sonriente, con audífonos y concentrado en su monitor, Adolfo Haas narró parte del encuentro que terminó empatado 0-0, alternándose con colegas que lo hicieron en náhuatl, zapoteco, mixe, chatino, mixteco y español.
"Esperamos que México anote por lo menos dos goles", exclamó el locutor y profesor de maya, de 31 años, en la transmisión de Televisa Radio, que se originó en una cabina en Plaza Revolución, en Ciudad de México, y enlazó 47 estaciones.
Confiado en que lo estuvieran escuchando en su natal Nunkiní (estado de Campeche), Adolfo, quien tradujo algunos comentarios al castellano, lamentaba luego el gol que falló Héctor Moreno al cabecear por encima de la portería, al minuto 12.
Pero quien sí saltó de la silla fue su compañera Lin Pavón, cuando el muy criticado Guillermo 'Memo' Ochoa atajó a los 58 minutos un penal a Robert Lewandowski, entre los máximos goleadores del mundo.
"¡Ochoa es el personaje del partido!", declaró a la AFP una jubilosa Lin, quien ahora viajará a Qatar para relatar el sábado el compromiso entre México y Argentina, que buscará sacarse la espina tras su sorpresiva derrota 2-1 ante Arabia Saudita en el Grupo C.
"Nos espera un partido muy reñido, pero creo que México ganará 2-0", expresó en náhuatl -que hablan 1,5 millones de mexicanos- y español la locutora y fotógrafa de 32 años.
Según datos oficiales, 7,3 millones de mexicanos (6,1% de la población) hablan alguna lengua indígena.
Gol es gol
La narración de los duelos mundialistas de México en esos idiomas se produce por iniciativa de uno de los patrocinadores del FIFA Fan Festival, que este martes reunió a miles de hinchas en el Monumento a la Revolución para ver el debut del equipo nacional en pantallas gigantes.
"Es una experiencia muy padre (genial) poder narrar en náhuatl, pero también que se lo haga en otras lenguas indígenas", señaló Lin tras el partido, que dejó un sabor agridulce entre los aficionados por las múltiples oportunidades que desperdició el Tri.
Esta propuesta de integración cultural se inició en el clasificatorio a Qatar de la Concacaf, cuando Adolfo y otros colegas narraron por primera vez un compromiso de la selección mexicana en lenguas ancestrales desde el estadio Azteca. Fue contra Estados Unidos.
Entonces "sentía mucho miedo porque atrás escuchaba el Cielito Lindo (que se canta tradicionalmente en los juegos del seleccionado) y a un costado la gente gritando", recuerda Adolfo, que este martes vistió un xokbichuuy negro (camisa bordada) y lució un collar con un colmillo de hueso.
Desde entonces, empezó a difundir palabras y expresiones mayas como ko'one'ex ojtik gol (gritemos gol), ko'ochaj tu p'íich (tiro de esquina) o tu jo'usai le k'aan tarjeta'o' (tarjeta amarilla). Y claro, la de este martes, paklan bíin ma'alob ti'ob (empate).
La palabra gol marca un punto aparte, pues, al menos en maya, su traducción es extensa y Adolfo prefiere pronunciarla igual. "Podemos interpretarlo, pero quedaría muy largo. Si lo hago, se pierde la emoción". Ko'one'ex ojtik gol (gritemos gol)
En México, la lengua tiene un fuerte peso en la identidad, al punto que es el principal criterio para definir si una persona es indígena, aunque también está consagrado el autoreconocimiento.
Trascendente
Para Lin, llevar el náhuatl a Qatar es un hito. "Hemos podido ver la discriminación en muchas áreas, y esta es una oportunidad de trascender con las lenguas maternas", sostiene. Además, lo ve como un logro más de las mexicanas que "han venido picando piedra en muchas áreas".
Adolfo, en tanto, cumple la promesa que le hizo a su madre en el lecho de muerte. "Llevar a todo lugar" la lengua que ella le enseño para honrar su memoria.
Y está ansioso de proclamar que Mexico Yíik le k'aaso' (rompió el maleficio), en alusión a los siete mundiales consecutivos que acumula el equipo sin clasificar a la tercera fase de la cita orbital.