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Las huellas de la Revolución mexicana en Estados Unidos

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Caricatura de principios del siglo XX que muestra a Estados Unidos en la búsqueda de Pancho Villa, y portada del diario 'El Demócrata', anunciando la rendición del líder de la División del Norte. Foto cortesía del autor.
20 de noviembre de 2022 00:21

¿Qué destino han tenido los mexicanos que han emigrado a Estados Unidos desde la época porfirista hasta nuestros días y cuáles son sus expectativas para lograr una mejoría en sus niveles de vida en un país donde ya se han convertido en la minoría más numerosa y de mayor crecimiento?

Existen en la iconografía de EU y México miles de imágenes que ilustran lo sucedido dentro de un mapa que refleja la presencia de los mexicanos en EU y sus aportaciones en esta sociedad que los ha atraído, no sólo para el desarrollo del país, sino también para mantener la dependencia hacia su país de origen. Son como imágenes interminables de una película que nos muestra su realidad desde un mapa que nos permite introducirnos a la vida de millones de personas casi invisibles, ocupando un lugar en un vasto territorio del país más rico del mundo.

Hoy, en plenas festividades de la Revolución mexicana, Pancho Villa renace en EU en la Hacienda de Canutillo, Texas, donde el Museo de Pancho Villa CasaSola ha proyectado la exhibición de esas imágenes que nos ayuden a recuperar la memoria colectiva de la historia de México y recordar lo sucedido antes y después del movimiento revolucionario. Esto con el fin de desenmascarar la historia oficial en un intento de educar a las presentes y nuevas generaciones sobre los hechos más trascendentales de las relaciones entre dos países con enormes asimetrías que se reflejan en la vida cotidiana.

Esta exhibición iconográfica a cargo del Museo CasaSola y los Centros Educativos de la Comunidad en EU tiene la finalidad de recobrar la verdadera imagen del Centauro del Norte, así como la de su inacabado “sueño mexicano”, construido después de que Pancho Villa depusiera las armas y se retirara en 1920 a la Hacienda de Canutillo, Durango, para intentar rescatar algunos de los ideales revolucionarios que contenían el pensamiento de Emiliano Zapata y miles de revolucionarios que querían un México libre y soberano sin desigualdades, pobreza e injusticia. Sin embargo, su deplorable asesinato terminó momentáneamente con su exitoso proyecto realizado en cuatro años, mismo que también fue asesinado impunemente, pero que hoy, 99 años después, revive en medio del silencio que ha ocultado los logros de los que inconscientemente participaron y participan en revivirlo en todas partes a las que han llegado los inmigrantes mexicanos.

Se trata de un modesto museo popular, no lucrativo, surgido de la necesidad educativa de entablar comunicación con estas nuevas generaciones de mexicanos y sus descendientes que han nacido de múltiples migraciones a EU sin conocer la verdadera historia de México y de conformarse con la historia oficial, que esconde no sólo sus raíces culturales, sino también los motivos de sus migraciones familiares. Por ello, Pancho Villa CasaSola Museum expone “estas fotos que no compran felicidad revolucionaria” con el objetivo de promover y difundir sus logros en la cultura, el arte y la historia de los mexicanos después de la inducida e intervenida Revolución Mexicana.

En la muestra se destacan las citas de los generales John Pershing y Smedley Darlington Butler sobre la Expedición Punitiva e invasiones en plena Revolución mexicana (1914, 1916, 1917 y 1919).

“Cuando se escriba la verdadera historia de esta expedición no será un capítulo muy alentador para nuestros estudiantes, ni aún para los adultos que lo contemplen”, dijo el general John “Black Jack” Pershing.

En su defensa de la historia oficial, Winston Churchill, otro de los más importantes actores invisibles de esta invasión, nunca enjuiciada, fue menos misterioso y más cínico que Pershing cuando dijo: “no falsificarás la historia mientras yo mismo la estoy falsificando”.

Y es que John Pershing, como el visible ejecutor militar y gran protagonista de esta invasión punitiva que consumó el robo del siglo XX contra México, iniciado por el general Smedley Darlington Butler y sus marinos invasores, conoció muy bien cómo la mal llamada Expedición Punitiva cambiaría, en 1846, el destino de México y de los que emigraron. Sin duda fue un plan maestro bajo la ejecución de una operación militar geoestratégica contra un país indefenso y desangrado con más de un millón de muertos y miles de expatriados.

Sin embargo, lo confesado por Smedley Darlington Butler, el general invasor más laureado de la Marina estadunidense y quien se apoderó de Veracruz en 1914, es aterrador. Confesó: “Pasé 33 años y cuatro meses en el servicio activo como miembro del Cuerpo de Marines, la fuerza militar más ágil de nuestro país... Durante ese periodo fui la mayor parte de mi tiempo un mercenario altamente retribuido, encargado de abrir paso al gran capital, a Wall Street y a los banqueros. En resumen, fui un mafioso del capitalismo... Así, en 1914 ayudé a conseguir que México, especialmente Tampico, fuera un lugar seguro para los cárteles del petróleo norteamericanos.

Recordar la Revolución mexicana en EU podría ser intrascendente como algunos lo podrían creer, pero existe una enorme necesidad para millones de mexicanos de ambas fronteras recobrar la memoria colectiva sobre esta realidad que ha influido en su vida cotidiana luego de haber emigrado de México, antes y después de la Revolución. Especialmente cuando descubrimos lo que ha sucedido en este pasado siglo al registrarse una ininterminable ola de migraciones que han elevado la presencia mexicana en EU en una forma exponencial que llega a más de 39 millones de habitantes, más 8 millones de indocumentados que se han sumado despues de la amnistía de 1986 y 700 mil soñadores o “dreamers”, en la sala de espera para adquirir su residencia permanente. Esta composición poblacional en EU nos conduce ineludiblemente a reconocer su invaluable contribución a la economía y desarrollo de un país que no los ha evaluado debidamente al momento de reconocer lo valiosos que han sido desde las sombras y silencio donde han permanecido. Ellos envían a México millonarias remesas para ayudar a sus familiares, que representan una fuente de ingresos superiores a lo que se recibe de la producción petrolera y que siguen siendo hombres y mujeres que pueden y deben votar para defender sus intereses personales y nacionales. También existen millones de ciudadanos de origen mexicano que tienen el derecho de votar en EU y que han tenido una pobre representación en los territorios perdidos desde 1846, ya que sólo en Nuevo México se ha tenido un gobernador de origen mexicano. La representación de estos millones de ciudadanos tampoco se ha reflejado en el Congreso y Senado de EU, así como en alcaldías fronterizas donde representan una fuerza importante, pero no para ocupar puestos acordes a sus derechos adquiridos en más de dos siglos de espera.

Así, la historia oficial ha ocultado, desconocido e ignorado las grandes aportaciones de los millones de mexicanos en territorio estadunidense que, sin haber conocido el trabajo desarrollado por Pancho Villa en la Hacienda de Canutillo, Durango, han logrado durante estos últimos 99 años un trabajo monumental al crear con su esfuerzo individual y familiar grandes emporios por todo el territorio estadunidense, además de ayudar con sus sacrificados ahorros a sus familiares.

Para el Museo Pancho Villa CasaSola es tiempo de recuperar nuestra memoria colectiva con la ayuda de la historia gráfica y sobre todo con la identificación familiar que una a los mexicanos de uno y otro lado de la frontera México-EU para construir una verdadera (R)evolución, con la que se combata la pobreza, desigualdad, injusticia y discriminación racial existente. Ello es parte de esta nueva celebración que se vive en la Hacienda de Canutillo, Texas, en preparación para el primer centenario de la muerte de Pancho Villa.

Con ello, el Museo Pancho Villa CasaSola adquiere el compromiso educativo para difundir las imágenes de sus colecciones y unir esfuerzos para destacar los logros de la población mexicana y de origen mexicano que vive en EU después de la inducida Revolución mexicana, que fue intervenida en plena lucha por el derecho de soñar con un México libre y soberano, y contra el porfirismo de 34 años en el poder y los intereses extranjeros que protegió para despojar al país de sus riquezas nacionales.

La iconografía histórica que comprenderá este esfuerzo binacional para mostrar la época revolucionaria, posrevolucionaria y moderna que se ha vivido en dos países vecinos en forma distinta incluye colecciones de MexiAmérica, Fondo Casasola, Casa de las Américas de NY y de CasaSola Museums, mismas que carecen de valor comercial por ser un museo no lucrativo que no compra ni vende fotos y que sólo tienen un valor educativo.

*Director de Difusión Cultural, CasaSola Museums Americas

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