Ciudad de México. El contexto de violencia generalizada que se vive en el país, el cual aumentó en el sexenio de Felipe Calderón, y que está caracterizado “por el despojo, los desplazamientos, las desapariciones, los asesinatos y el desgaste social”, dio como resultado que dentro de las universidades se viviera una situación de violencia que hacía resonancia a lo que pasaba afuera de los campus, sostuvo Samanta Zaragoza Luna, profesora investigadora de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM), plantel San Lorenzo Tezonco.
A ello, agregó, se suma “la ineficaz o nula respuesta por parte del Estado y sus instituciones para atender el fenómeno de la violencia contra las mujeres”.
Indicó que el surgimiento en las universidades de unidades, oficinas y protocolos de atención a víctimas de violencia de género está “en gran parte vinculado con lo que está pasando afuera” de las instituciones de educación superior (IES).
En un conversatorio, en el marco de los siete días de activismo en la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), Zaragoza junto con otras investigadoras feministas reiteraron la necesidad de que las universidades acompañen a las víctimas de violencia de género.
María Guadalupe Huacuz, titular de la Defensoría de Derechos Universitarios de la UAM, enfatizó que uno de los grandes problemas es que quienes están definiendo lo que es un delito o no dentro de las propias universidades “no tienen la formación especializada”. Además, reconoció que existe todavía revictimización, sobre todo a las mujeres, que se atreven a denunciar violencia de género “en contextos y modelos falocéntricos de pensamiento”.
Zaragoza, quien codiseñó el protocolo de atención para casos de violencia, acoso y hostigamiento en la UACM San Lorenzo, subrayó que si se pensaba que con la pandemia de covid-19 iba a parar la violencia contra las mujeres, “ahora tenemos un tema terrible en redes sociales que ha llevado a muchas de nuestras estudiantes incluso a abandonar sus estudios”.