Ciudad de México. Ocho de cada 10 establecimientos de la industria del vestido se encuentran en la informalidad, un sector que aún no se recupera del impacto de la pandemia del covid-19 y cuyas exportaciones han caído en 21 años, de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).
En conferencia con la Cámara Nacional de la Industria del Vestido (Canaive) para presentar un documento sobre esta actividad, Jorge Quevedo, director de Estudios Económicos del organismo autónomo, señaló que el 83 por ciento de las 102 mil 388 unidades económicas que se contabilizaron en 2021 fueron clasificadas como informales.
Explicó que estos talleres se tratan de unidades económicas con menos de cinco personas ocupadas, quienes no cuentan con seguridad social y estas empresas tampoco tienen servicios de contabilidad, es decir, no separan el gasto del hogar con el de la actividad económica.
Apuntó que estas empresas producen el 2.4 por ciento. “Son muchas, pero producen muy poco, esto significa que sus niveles de productividad son bajos”, dijo.
Agregó que si bien en las grandes empresas también hay características de informalidad, sólo el 14.6 por ciento de las unidades económicas son formales y producen el 98 por ciento de las prendas de vestir.
El dato de informalidad en el sector del vestido, pues en la industria manufacturera es 7 de cada 10 establecimientos.
El Producto Interno Bruto (PIB) anual de la industria del vestido creció 24.4 por ciento en 2021 respecto a 2020, cuando se desplomó 29.3 por ciento, por lo que el sector aún no recupera el nivel que observaba antes del covid-19.
La caída del PIB de esta actividad económica por la contingencia fue mayor respecto a la contracción de la economía mexicana en ese año, la cual fue de 8.1 por ciento.
De acuerdo con el Inegi, en la industria del vestido, de cada 100 pesos de insumos utilizados 57.9 pesos fueron nacionales y 42.1 importados.
Subrayó que desde 1993 hasta 2001 el sector vivió una época de bonanza, pues las exportaciones crecieron al grado que en el 2000 el valor ascendió a 11 mil 225 millones de dólares, mientras que en 2021 solo fue de 7 mil 781 millones de dólares, es decir, una caída de 30.68 por ciento en términos nominales en dos décadas.
La participación de este sector en las exportaciones pasó de 7.4 por ciento en 1998 a 1.6 por ciento el año pasado.
“Llegó China a integrarse a la Organización Mundial de Comercio (OMC) y a partir de este punto, del año 2000 es otra historia y el comportamiento de las exportaciones empezó a bajar”, dijo.
“En términos sencillos, quitó mucho mercado la entrada de China a la OMC”, insistió.
Apuntó que el 83 por ciento de lo Mexico produce en prendas de vestir se exporta a Estados Unidos.
De acuerdo con el INEGI los puestos de trabajo han disminuido entre 2003 y 2021, pero la caída más pronunciada fue en 2020 debido a las adversas condiciones generales de la economía y a la pandemia del COVID-19.
Tanto la Canaive como el Inegi documentaron que en meses recientes, los precios de las prendas de vestir han crecido en promedio 2 puntos porcentuales menos que el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC).
Emilio Penhos Moograbi, presidente del organismo del sector privado, reconoció que no sólo 6 de cada 10 prendas de vestir son ilegales en el país, sino que es mayor la cifra.