Ciudad de México. La Casa de las Águilas, uno de los espacios más importantes de la zona arqueológica del Templo Mayor al ser donde se habrían llevado a cabo los rituales de cambio de gobernantes, reabrió al público a partir de este martes tras más de año y medio de obras de reparación.
El edificio prehispánico, ubicado al costado norte del Templo Mayor, fue cerrado desde la noche del 28 de abril de 2021 luego de que la techumbre que lo protegió durante más de 40 años se venció como consecuencia de “una granizada atípica”.
Con un costo de 14 millones de pesos y un peso de 22.3 toneladas, la nueva techumbre tiene una vida estimada de entre 10 y 15 años, que pueden ampliarse si recibe el mantenimiento adecuado, informó Patricia Ledesma, directora del Museo de Templo Mayor.
Está realizada, como la original, a partir de un sistema de trilidosa y placas de galvatecho, “que demostraron haber dado buenos resultados”. La diferencia estriba en el cambio de los 12 soportes, al colocarse unos en forma de V, para dar más estabilidad a la estructura, así como en el uso de materiales más modernos, que inclusive permitieron extender el área de protección de la cubierta, que pasó de 750 a 800 metros cuadrados, explicó el Secretario Técnico del Instituto Nacional de Antropología e Historia ( INAH), José Luis Perea González.
#DíaEnImágenes Este martes se lleva a cabo la reapertura de la zona arqueológica la 'Casa de las Águilas' en el @MusTemploMayor
— La Jornada (@lajornadaonline) November 15, 2022
Con infraestructura modernizada el edificio podrá ser visitado nuevamente, luego del cierre temporal en abril de 2021.
Fotos: Roberto García. pic.twitter.com/8GqCfHH2ct
En un recorrido por la zona arqueológica, encabezado por la titular de la Secretaría de Cultura federal, Alejandra Frausto, el funcionario afirmó que, “gracias a la buena planeación y constante monitoreo por parte del equipo de restauración (del Museo del Templo Mayor), los bienes arqueológicos están intactos”.
Perea González subrayó que los trabajos en la zona arqueológica “aún no terminan”, pues ahora se cambiarán, con fines preventivos, las cubiertas de los templos rojos norte y sur, las cuales se espera tener listas a finales de este año, así como la de la Etapa II del Templo Mayor, que se prevé concluir en el primer semestre de 2023.
La Casa de las Águilas “fue muy importante”, dimensionó Patricia Ledesma, quien apuntó que las investigaciones realizadas por el arqueólogo Leonardo López Luján indican que allí se realizaban ceremonias privadas de la alta nobleza.
“Lo que vemos en las banquetas, que fue lo que nos preocupamos por proteger, son bajorrelieves labrados en piedra por los mexicas en un estilo tolteca. En ellos se representa una procesión de guerreros armados que convergen en un zacatapoyolli, bola de heno que servía para encajar las espinas o punzones ensangrentados utilizados en el autosacrificio”, explicó.
“Era una práctica de los gobernantes, sacerdotes y guerreros para demostrar fortaleza física y emocional. Suponemos que aquí se realizaban eventos muy importantes, privados. También es probable que aquí se hayan hecho los rituales de cambio de gobernantes. Cuando moría uno, se traía a este edificio y se mantenía un par de días, y el nuevo hacía aquí la penitencia antes de aparecer ante todos en el Templo Mayor”.