Roma. Italia, Grecia, Malta y Chipre urgieron el sábado a tomar medidas para reducir el peso preponderante que asumen en la gestión de las olas migratorias que llegan a la Unión Europea (UE).
Los cuatro países subrayan que, en tanto que puerta de entrada a Europa, "deben asumir el peso cada vez más difícil de la gestión de los flujos migratorios en el Mediterráneo, acatando plenamente sus obligaciones internacionales y las reglas de la UE".
Lamentan igualmente, en una declaración conjunta, el resultado "decepcionante" del "mecanismo voluntario de solidaridad" aprobado en junio por la UE, que preveía el traslado de 10 mil migrantes que habían desembarcado en sus costas hacia otros países del bloque.
Ese proyecto "representa apenas un pequeña parte del número efectivo de ingresos irregulares en un año" y ni siquiera fue alcanzado, señala la declaración, firmada por los ministros del Interior de Italia, Malta y Chipre y por el ministro de Migraciones de Grecia.
Los cuatro países, que junto a España son los más expuestos al arribo de migrantes, reclaman desde hace años un sistema de relocalización obligatoria entre los 27 países de la UE.
El documento fustiga en particular el papel de las ONG humanitarias que acuden al rescate de migrantes con "buques privados que actúan con total autonomía de las autoridades de los Estados".
Exigen por eso que los países que acuerdan su pabellón a esos navíos se hagan cargo "de su jurisdicción y su control".
Se trata generalmente de buques de bandera francesa, noruega o alemana que atracan regularmente en puertos italianos, pese a los reclamos de las autoridades de este país para que los países que acordaron su pabellón reciban a los inmigrantes rescatados.
Los cuatro países piden que la Comisión Europea (ejecutivo de la UE) "adopte las medidas necesarias para abrir una discusión" sobre una gestión "eficaz, equitativa y permanente" de los flujos migratorios.